Hice el amor en el trabajo
Trabajo en seguridad privada en un edificio que está en construcción, llevo un año y cinco meses con mi novio, él es mayor que yo acuerpado y alto, tiene 29 y yo 26, él vive en la ciudad vecina por temas de trabajo por lo que nos vemos cada cierto tiempo. Hace unos meses estábamos cumpliendo un mes más de novios, con él habíamos hablado de salir de viaje un fin de semana para celebrar el nuevo mes. Por temas de trabajo mío, mis turnos me impedían celebrarlo el día que caía nuestro aniversario por lo que habíamos quedado en salir el fin de semana. Ese día del aniversario él me había enviado un ramo de flores y algunos chocolates a mi casa, luego yo me fui al trabajo pues tenía turno de noche, habíamos hablado y lo último que me había dicho era que tenía ganas de follarme y hacerme el amor, yo le había dicho que tendríamos que esperar un par de días más pues apenas era mitad de semana. Yo llegue a mi trabajo y ahí yo comparto el puesto con otro compañero que vigila otra entrada del edificio y así nos turnamos en la noche. Eran cerca de las 11 cuando ví por las cámaras que había llegado una moto y estaba pitando, salí y era mi novio yo me reí y le pregunté que hacía ahí a esas horas. Él se bajó de la moto, me levanto de un abrazo y me beso. Me dijo que no podía dejar terminar ese día sin al menos poderme besar. Le dije que no podía estar ahí porque las cámaras nos delatarían, me dijo al oído — Hagamos el amor adentro. Yo le respondí que no se podía, aunque adentro las cámaras estaban por otro lado si habia un lugar para entrar con mi novio. Entonces entré y le pedí a mi compañero que me cubriera, él solo hizo una sonrisa pícara, pasamos con cuidado por los puntos ciegos de las cámaras hasta llegar a un cuarto que se usaba de vestier entre los trabajadores, había una pequeña mesa donde a veces se puede tomar el almuerzo ahí. Entramos y mi novio comenzó a besarme muy intensamente, él desde el primer momento desabrochó mi camisa del uniforme dejando mi abdomen descubierto sin quitar la ropa del todo, beso mis tetillas, mi cuello, en ese momento ya los dos estábamos bastante duros, él bajo mi pantalon y me sentó sobre la mesa él se inclino mamo mi verga, mis bolas y luego bajo hasta mi culo, mientras chupaba mi verga metía dos dedos en mi culo, haciendo darme algunos gemidos pequeños. —Me encanta tu culo amor. Decía él. Él iba con un shorts de deporte, solo bajó y saco su verga, es un promedio de 17 cm pero es bastante gruesa y algo peluda la tenía ese día, me baje de la mesa y me puse de rodillas para chupar su verga hasta sus bolas, aunque es activo también le encata que le mame su culo peludo, él tambien dio algunos gemidos sentía toda su excitación. —Dejame follarte. Me dijo, yo me incliné sobre la mesa dejando mi culo bien parado para que él me follara, había pasado un buen tiempo desde la última vez, estaba tan apretado que sentía como abría mi culo lentamente con el grosor de su verga, amo como me hace gemir, su mano la puso en mi boca para que mi compañero no escuchará nada, pero era inevitable, el choque de su pelvis con mi trasero era bastante fuerte para escucharse. Luego me puso sobre la mesa, me pidió abrir las piernas como si fuera un misionero siguió metiendo su verga, era la primera vez que los dos lo hacíamos a pelo, sentí tanto placer que mi verga no se bajaba, comencé a masajear mi verga mientras él me seguía follando, mi verga lubricaba cada vez más y más.
Él acostumbraba a tomarme del cuello levemente, me daba una pequeña bofetada mientras me decía que era suyo entre susurros y gemidos. Aún cuando mi culo ya estaba completamente abierto para él, aún sentía ese pequeño dolor en mi culo, me dolía un poco que en mi rostro se podía ver, pero ese dolor placentero que quería qué él se quedara ahí, dentro de mi.
Finalmente cuando sentía que me iba a venir, solté otro gemido dejando caer mi semen en mi abdomen, él saco su verga, se inclinó y lamió mi culo abierto, paso su lengua por mi abdomen, me besó y acercó su verga a mi cara mientras iba masturbándose, sus respiración agitada y sus gemidos me daban la indicación que su semen caliente estaba apunto de caer en mi boca, sus primeros chorros cayeron por mi mejilla mientras el resto caía en mi lengua. Finalmente él me besaba y se me abrazaba, me ayudaba a limpiar mi cuerpo y el lugar. Aunque ya había terminado nos seguimos besando por un largo rato, hasta su verga se volvía a poner dura, pero tenía que regresar a mi puesto antes de que llegara el supervisor. Pero mi novio se volvió a sacar la verga y me pedía que le diera la última mamada, yo acepte y a él le dolía un poco, hasta que me dijo —Basta amor, me duele. Con una pequeña sonrisa. Él me ayudó a levantar, me dió un abrazo y un último beso y salió del edificio. Cuando llegué a mi puesto mi compañero con una sonrisa me dijo. —No sabía que era gay. Te culearon fuerte. Yo me reí y le pregunté —¿Te gusta eso? Me dijo —Me da morbo escuchar esos sonidos, se escuchaban tus gemidos y la respiración de él, pero no me gustan los manes. Le dije después podemos hacernos una paja viendo porno y nos reímos. Días después el llevo a una amiga y paso lo mismo. La hemos pasado bien.
No hay comentarios aún. ¡Sé el primero en comentar!