JD – Parte I – La Mudanza

JD - Parte I - La Mudanza

Hola, soy León. Soy venezolano y vivo en Perú, me gustaría compartirles una compilación de relatos que he vivido con mi pareja. ¡Espero que los disfruten tanto como yo!

Mido 174cms, peso aprox 80kg y soy de piel trigueña, con cabello negro y barba definida. En algún momento de la vida bailaba y entrenaba así que tengo piernas gruesas y formadas, buenas nalgas. Actualmente, tengo 33 años pero este relato nos lleva al 2019 cuando tenía 27.

Todo comenzó a través de las páginas amarillas (así le llamo a Grindr), una tarde entre los meses de mayo y junio.
Como siempre, entraba a la app, actualizaba la ubicación y veía que «había de nuevo en la zona»; la rutina era la misma siempre, eventualmente aparecía alguien nuevo «de paso» pero todo quedaba en saludarnos, preguntas de roles y nudes, lo básico. Hasta que un día me apareció a menos de 500 mts un perfil que decía «Vergón 19cms 🍆🇻🇪» que me generó morbo porque en su perfil se definía como «bisexual, 100% activo, caleta» así que le envié un tap que, para mi sorpresa, me devolvió al toque.

Yo tenía año y medio aprox ya en Perú, durante todo ese tiempo si había tenido sexo un par de veces era mucho y por allí unas cuantas pajas o mamadas pero nada interesante. A estas alturas yo no solo quería que me cogieran, yo lo exigía pues lo necesitaba, jajaja.

Apenas vi que me devolvió el top, escribí por interno:

León: Hola, ¿todo bien, de dónde eres?
X: ¡Ey! Si chévere. De Los Olivos, ¿tu de dónde? Me apareces cerca.
León: También de Los Olivos, con razón. ¿Cómo te llamas?
X: Llámame JD, tengo 24 años. ¿Qué buscas en la app?
León: ¿Una receta para el almuerzo? – respondí queriendo ser gracioso, jajaja-. Nada en particular, pero me gustaría conseguirme un vergón como tu -me lancé de una vez-, si es que lo eres como dice tu perfil.

Creo que ni lo pensó y me envió la foto de su guevo como respuesta. Literalmente me babeé; era un guevo trigueño, se veía muy grande en la foto, sus bolas colgaban bien redondas al final y su glande era trigueño del mismo color que su tronco y más o menos grueso, se veía delicioso, desde ese momento ya quería mamárselo.

Yo había estado con unos 5 chicos aprox, desde que inicié mi vida sexual, pero nunca había tenido un guevo así para mí, entonces me propuse que ese sería el primero sin importar si dolería o no, yo podía hasta imaginarlo abriéndome todo, lo quería e iba por ello.

Quise seguir la conversación pero JD no estaba muy interesado al parecer, cuando envié mi foto respondió con un «que lindo eres» pero sentí que fue una cortesía más que otra cosa. La conversación dio para preguntar alguna que otra cosa pero cuando le propuse vernos respondió diciendo que «no podría porque estaba ocupado».

Al día siguiente, abrí la app, vi que estaba en línea y le escribí pero ahora aparecía a 20km pues trabajaba en otro distrito de Lima. Yo igual, terco, le escribía molestando, insinuándome, queriendo generarle morbo con fotos o con propuestas indecentes y siempre la respuesta era la misma: «no podré estoy ocupado», «no tengo sitio, hay gente en mi casa» y otras excusas que todos hemos dicho en algún momento. Habrían pasado poco más de dos meses y se mantenía «la amistad» a través de la app, una parte de mí quería que se diera algo pero otra entendía que no había interés de su parte.

Los primeros días de septiembre, JD me comenta que se mudaría solo porque su tía y sus otros familiares buscarían espacios independientes y que de pronto así podríamos vernos. Cuando me dijo eso, me emocioné, sonreí feliz porque esto era para mí señal de que si quería verme entonces. Esos días estuve bien animado, había intención de conversación mutua e invitaciones a comer y vainas así.

El domingo de esa semana, hablando por el chat me dice que se estaba mudando y que estaría desocupado a las 6 de la tarde. No lo pensé dos veces y le propuse vernos a las 7. Respondió diciendo que «estaba cansado». Pero esta vez yo estaba dispuesto a cualquier cosa. (Él me generaba demasiado morbo; era curioso porque aun sin vernos en persona, incluso sin haber hecho videollamadas sino enviarnos mensajes y fotos, cada vez que hablábamos me ponía caliente).
Así que le dije: «no seas odioso» aprovechemos que ambos estamos libres porque casi nunca tenemos tiempo y ya tenemos más de 3 meses hablando. Él, llevado por un impulso creo, aceptó y me dijo: «está bien pero nos vemos en un punto medio para los dos». Acepté sin pensarlo, ese día me bañé, me lavé y me puse algo cómodo: un buzo, una franela sin mangas y un suéter encima porque aun hacía frío por el invierno.

LA CITA

Acordamos vernos en una avenida principal a 2 cuadras de mi casa y la suya a las 7pm. Creo que él tenía algo de miedo, en cambio yo me sentía muy motivado.

Llegada la hora, salí de casa y, como nunca, a las 7 en punto estaba en el sitio de encuentro. Pasaron unos 5min y nada que llegaba ni se reportaba, yo ya estaba pesando que no iría. A las 7:10 me llegó un mensaje diciendo: «disculpa, se me hizo tarde pero estoy ahí en 5min, ¿me esperas o nos vemos otro día?»
Otra vez me emocioné y contesté en una: «aquí estoy, te espero».

Como prometió, a los 5min reconozco que está en la esquina del lado contrario a donde estaba yo. Tenía un short de jean, un franela sin mangas, un suéter encima y una gorra. Su piel era un poco más trigueña qué la mía, medía unos 173cms y pesaba unos 70kg, cabello negro, ojos grandes y bien abiertos, nariz perfilada, labios finos, unas manos grandes que colgaban al final de unos brazos que denotaban trabajo de gym y que estaban llenos de venas gruesas que daban mucho a la imaginación. Yo internamente gritaba «soy tu puta, cógeme aquí y ahora, jajaja.

Nos saludamos como amigos de tiempo y sin preguntarnos, comenzamos a caminar por todas las calles cercanas hablando de nuestras historias de vida. Para mi era desesperante porque pasamos como 3 horas hablando y no salía el tema sexual, solo algunos comentarios de doble sentido, algunos cumplidos de mi parte pero nada concreto. Eran más de las 10pm y me dice que «debía pasar por la antigua casa buscando un espejo y un par de bolsas que le faltaba llevar a su nueva habitación», respondí de inmediato, «no hay problema, te acompaño si quieres».

Ya en la casa, me mostró toda la casa que tenían alquilada, me dio un recorrido por todas las habitaciones, sala, baño, cocina diciendo que extrañaría tener tanto espacio porque la habitación nueva era muy pequeña y después de recorrer todos los espacios fuimos a busca las cosas que debía llevarse. Justo en ese momento, tuve un golpe de valentía, me llené de valor y le dije: » tu eres pura bulla ¿no?, por chat dices y ofreces que me harás una y otra cosa y al final puras mentiras, capaz que hasta las fotos son falsas» (jajaja, yo estaba dispuesto a ver que pasaba)

JD se sintió ofendido, jajaja, su reacción inmediata fue responder «compruébalo». Me acerqué en una y lo besé, su respuesta fue automática, fueron unos besos suaves pero llenos de deseo y conforme iba aumentando el ritmo presionamos nuestros cuerpos uno contra el otro, yo sentía la humedad de los besos, esos jadeo de deseo, su guevo haciendo presión contra mi y llevé mi mano hasta allí por encima de su short, se sentía super duro, parecía que iba a reventar. Tomé su mano derecha y la llevé hasta mis nalgas, eso le encantó, comenzó a apretarme las nalgas y a nalguearme con algo de pena, yo estaba super excitado. No me pregunten en que momento su mano izquierda llegó a mi cara, me hizo chuparle un poco los dedos y de ahí la llevo a mi cabeza haciéndome presión para que me agachara.

Comencé lamiendo por encima de su short, como queriendo chuparle todo ese guevote con su ropa incluso. Aun no lo sacaba pero ya notaba que era el guevo más grande que me había tocado hasta ese momento, llevé mis manos a su cintura y en medio de la lujuria, le bajé de golpe el jean y el bóxer. ¡Ufff! Que sorpresa cuando ese guevo brincó contra mi cara golpeando mis labios, casi que por inercia abrí la boca y pasé la lengua por su glande, lo escupí un poco y le chupé solo la cabecita, mi mejor señal fue un ligero gemifo que se le escapó mientras echaba su cabeza hacia atrás, ahí supe que ese guevo y su leche serían todo para mí. Me dejé llevar por el deseo y todo lo que había querido hacer cada vez que me enviaba fotos y lo que veía en pornos pasando que le haría a él. Agarraba su guevo con mi mano derecha, lo subía y bajaba con mi lengua desde su glande hasta sus bolas colgantes y llenas de leche para volver a subir y ahí metérmelo en la boca. No sé como, pero poco a poco lo llevé cada vez más dentro de mi boca hasta que en un momento noté que sus gemidos se hacían más intensos, me tomaba de la cabeza y me presionaba para que me mantuviera ahí con su guevo ya en mi garganta y sus bolas chocando mis labios, era delirante escucharlo gemir y ver esa carita de excitación y malicia. Me decía «que rico como la mamas» y preguntaba «¿Cómo te la tragas toda?» Y yo ni podía responder, apenas si tenía aire para seguir mamando, producto de la fallada que le estaba dando a mi garganta una baba espesa recorría todo su tronco y chorreaba hasta sus bolas; me concentraba en evitar las arcadas y tomar aire cuando la sacaba pata seguir mamando. Estuvimos en es juego como 30min, su guevo estaba super hinchado, se le marcaban mucho más las venas gruesas (como en sus brazos) y esa curva qué tenía hacia la derecha se pronunciaba más, llevarlo hasta mi garganta era quedarme sin aire pero como me excitaba esa sensación.

Me hice su puta y me sometí a su morbo, su deseo y sus ganas de dominar. Cuando noté que su respiración comenzó a agitarse más, que su pelvis descontrolada se movía más rápido supe que acabaría y, como la puta qué soy, le dije casi susurrando: «dame mi lechita en la boca» y con esas palabras comenzó a estremecerse todo, me haló del cabello, me mantuvo justo en la punta de su guevo y me ordenó qué abriera la boca, acto seguido: gemidos, jadeos y unos pequeños quejidos y se vino. No se cuántas veces golpeo mi lengua y mi paladar con sus chorros pero no dejé caer ninguno, con toda la leche en mi boca aun llevé mis labios a su glande, se lo limpié con la lengua y me tragué todo su semen, estaba hiper emocionado. Él saco un preservativo de su bolsillo y me dijo: voltéate que te voy a romper el culo. Me reí (fue muy malvado, lo sé) y le dije «no, no quiero ahora» (aunque me moría de ganas, yo necesitaba una excusa para volver a verlo y repetir eso). Me lo pidió unas 3 o 4 veces, aun tenía el guevo super erecto, es de esos que acaban y no se les baja la erección. Pero una vez más me negué. Él estaba algo confundido pero terminó aceptando y nos fuimos a llevar las cosas a su habitación, en el camino me sugirió que subiera pero yo sabía que si aceptaba yo me dejaría coger y corría el riesgo de que quedara ahí.

Cuando llegamos a la nueva habitación, en la puerta le entregué las cosas y me despedí como un amigo. Le dije que cualquier cosa me escribiera, porque ese día intercambiamos el número de WhatsApp y me fui a casa.

Llegué a mi casa como a las 12:30am, emocionado, con el sabor de su leche en mi boca y convencido de que quería más. Me masturbé unas dos veces y, las dos veces, acabé sobre mi abdomen y luego llevaba la leche a mi boca pensando en él, era demasiado excitante.

Creo me excedí con esta «Parte I», es la primera vez que escribo. Espero les guste, trataré de resumir un poco las demás partes. Igual dejen sus comentarios si les parece que está bien así y que les ha parecido. Un besito en esos pipís, jajaja.

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2 Comentarios

  • Anónimo
    agosto 12, 2025 a las 5:41 am

    Cuéntenme que les ha parecido, sería muy rico leerlos.

  • Mr. Jota
    agosto 12, 2025 a las 9:12 pm

    Llámenme amargado si quieren, pero si a mi por estar cansado por trabajar o peor una mudanza me dicen «no seas odioso» la historia llega hasta ahí jajaja

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