Manoseo de madrugada y dormido
Les comparto mi primer relato de una de mis primeras experiencias homosexuales entre las pocas que hasta el momento he tenido. Ocurrió hace algunos años ya, cuando yo tenía unos 27 (actualmente tengo 30) y aún era reacio a experimentar con hombres hasta que esa madrugada de sábado algo despertaría en mí mientras trataba de dormir.
Una noche de viernes nos juntamos dos amigos (para efectos de la historia les llamaremos Juan de 33 años y Pedro de 28) y yo para irnos a tomar una cerveza a un bar de la ciudad (quinta región). Con Juan somos muy amigos y con Pedro es una amistad más de salidas, nos topamos varias veces en carretes de amigos en común y siempre nos llevamos muy bien, sin embargo nunca hubieron insinuaciones que me hicieran pensar que algo podría pasar entre nosotros, de hecho nunca tuvimos la confianza para siquiera hablar de temas personales ni mucho menos sexuales.
Se hacía tarde e invité a mis amigos a seguir tomando algo piola en mi casa tranquilos y con música, tenía un vino así que continuamos nuestra charla normal, tranquila, con música pero ya algo más pasados de alcohol. Ya era muy tarde, tipo 3-4 de la madrugada y les ofrecí quedarse conmigo en mi cama hasta la mañana siguiente para que puedan irse tranquilos, no tenia más camas para ofrecerles por lo que jamás fue con una doble intención. Nos acostamos Juan, Pedro y yo en una cama de 1 plaza y media (bastante apretados la verdad) donde por supuesto había mucho roce entre nosotros, pero no nos quedaba de otra porque no habían más opciones; yo dormí solo en bóxer y polera porque sabía que me daría calor acostado tan cerca de los chicos mientras que juan y Pedro lo hicieron con ropa. Cómo ya habíamos tomado bastante, yo me dormí en cuestión de segundos apenas pegué mi cabeza a la almohada, sin embargo, a eso de las 5 de la mañana lentamente comienzo a despertarme producto de un roce extraño que empiezo a sentir en mi zona de la entrepierna: era Pedro quien me estaba manoseando el pene con mucha intención y dándome a entender que lo quería hacer hace bastante tiempo, cabe destacar que juan durmió al rincón de la cama, Pedro al centro y yo a la orilla. En lo que me despierto, muy despacio para no despertar a Juan le pregunto a Pedro que qué estaba haciendo y que por favor dejara de hacerlo, efectivamente se detuvo, pero a los minutos continuó y eso me generó demasiado morbo. Nuevamente me agarró el pene por encima del bóxer y comenzó a tocarlo como si se tratara de una masa la cual desea ver crecer a toda costa, cuestión que empezó a suceder, yo ya me estaba calentando así que, como yo le estaba dando la espalda a Pedro, comencé a moverle el poto muy lento pero sugerente al mismo tiempo (no pude evitarlo, mi cuerpo habló por si solo) lo que provocó en él una reacción inmediata donde procede a sacar su pene para montarlo Justo detrás de mi ano. Pedro me baja el bóxer, se moja el dedo y trata de meterme el dedo de a poco para que me empiece a soltar, yo nunca había sido penetrando antes, entonces toda esta experiencia que era nueva para mi provocó que no me pudiera aguantar y le pedí que fuéramos afuera de la pieza para no despertar a Juan y así seguir con lo nuestro. Esa noche descubrí que era capaz de arquear muy bien la espalda para recibir un rico pene dentro de mi, pero que, sin embargo, mi ano no estaba preparado para ser penetrado aún, por lo que nuestro intento de culiar esa noche fracasó. Luego de un rato de juego e intento de follar volvimos a la cama con un manoseo continuo por parte de él hacia mi y yo dejándome manosear como toda una perra caliente que fui esa noche.
Después de esta experiencia, me quedó gustando pasarle el poto a Pedro y volvimos a repetir la experiencia para continuar lo que no pudimos terminar, esta vez en otra casa y en otra junta.
🔥 ÚNETE A NUESTROS CANALES DE TELEGRAM 🔥
Recibe los mejores relatos directamente en tu celular
IR AL CANAL DE TELEGRAM
No hay comentarios aún. ¡Sé el primero en comentar!