Mi cuñado – Parte III

Ariel se fue al sur y yo me quedé solito de nuevo. Me sentía más caliente, más poderoso, había probado el verdadero placer y quería más. Intenté tener sexo con mí mujer, pero no es la misma sensación con ella, como que algo ya no era igual.

Me metí a la app amarilla un día y sin foto ni nada me ha salido harta cachita, me lo han chupado en autos, he ido a departamentos de weones después de la pega y he culiado harto, sobre todo a weones muy minas, uno andaba con lencería… uffff cosita…. Y su raja…. Mientras más chicos, más calientes.

Bueno, la cosa es que empezamos a escribirnos con Ariel, nos mandábamos mensajes por Telegram, él me pedía fotos del pico y yo me pajeaba en el baño y se lo enviaba, él hacía lo mismo, mostrando el hoyito y metiéndose los dedos. Me dejaba caliente, recaliente. Un día me dice que el próximo fin de semana irá pa la casa, que tenía ganas de verme y yo feliz, quería verlo. Llegó el día y me ofrecí a ir a buscarlo, pues mi esposa estaba en su pega. Puta, llegamos a la casa y apenas salió del auto nos empezamos a comer, me agarró a besos profundos, yo trataba de darle buenos besos también, lo dejaba hasta sin aire. Rápidamente y en el living nos sacamos toda la ropa, yo iba hasta sin bóxer, por si se daba algo exprés.

Nos acariciábamos todo el cuerpo, le empiezo a besar sus pezones, uffff son grandes y rosados y tiene bien paradito el pezón, se los chupaba y le pasaba la lengua, se ponía duro y se lo mordía, mi cuñado gemía y respiraba agitado. Nos abrazamos y nuestros picos se encontraron, se tocaban entre sí, ambos mojados, chorreaban moquito. Nos mojábamos las guatas con nuestro precum. Nos comimos harto rato, la boca, la oreja, el cuello, nos recorríamos la espalda abrazados, los brazos, los pezones.

Ariel me mira y me empuja al sillón con una mirada de puta caliente, que me dejó loco.
Me siento en el sillón y abro las piernas, me empiezo a pajear mientras él se pone de rodillas y mirándome fijamente a los ojos. Me toma las manos y las separa de mi cuerpo, baja con sus dos manos por mi pecho y toca mis muslos, yo cierro los ojos del placer que siento, siento con una electricidad que recorre mi cuerpo. Él se acerca a mi pico y lo toma con una mano, me estremezco, lo miro fijamente y me muerdo los labios, le digo “cómetelo todo putito”.

Él me mira y asiente, abre la boca y se lo mete a la boca. Siento como su lengua juega con mi pico en su boca, lo rodea en círculos mientras con una mano termina de bajarme todo el forro. Sigue con el pico agarrado y baja por el tronco con la lengua afuera, hasta llegar a mis cocos. Los lame, se los mete a la boca, los chupa, y sigue lamiendo todo camino de vuelta, hasta meterse el pico en la boca de nuevo.

Él solo se mueve, con mi pico adentro, llega a la punta y suelta toda la saliva mezclada con precum que va saliendo, mi pico chorrea sus babas y yo me siento extremadamente caliente. Repite la acción una segunda vez y se lo mete todo, completamente a la boca, lo aguanta un poco y suelta para respirar.

-Oh putito, estás haciendo una garganta profunda. Trágatelo todo y no lo saques, aguanta aguanta- le decía yo con mi voz ronca y caliente.

El solo hacía caso. Se lo metía a la boca y lo aguantaba, respiraba inflando los cachetes y soltaba. Yo puse mis manos en su cabeza y empecé a follarlo. Le di duro sin sacar su cabeza de mi pico. Lo tenía lleno de babas. Saca la cabeza, se la limpia y se acerca a darme un beso, que rico beso fue ese, con sabor a mi pico. Lo besé y le chupé los labios, le mordí el labio inferior y eso lo hizo gemir. Él se sube encima mío y se sienta en mi pelvis, sentía sus movimientos buscando mi pico, sintiendo como su pelvis se meneaba en la mía mientras me abrazaba y nos comíamos la boca. Mi pico se sale por detrás de su raja y con una mano empiezo a moverlo para que le de tulazos en la raja. Cada vez que le pegaba un tulazo, él doblaba la espalda y levantaba la cabeza y gemía de placer.

Luego, se escupe una mano y se lo pone en el hoyo, busca mi pico y se lo introduce, iba lento y como en la mitad y ahí empujé todo pa dentro. Se lo dejo ahí un poco, él se acomoda, dobla las rodillas en el sillón y me empieza a besar, parando el culo. Se me sale dos o tres veces y él lo vuelve a meter. Una vez dentro empieza a moverse como saltando arriba del pico. Gemía, gritaba, me besaba.

Luego se acomoda de nuevo y apoya los pies en el sillón, quedando sentado en cuclillas y logró un mejor movimiento, se levantaba casi completo y se sentaba de nuevo. Yo estaba gozando esta culiada de forma increíble. Le daba rápido, mis cocos ya me dolían tanto golpe que les daba, lo tomaba de las piernas para levantarlo y le daba con todo. Él se acomoda de nuevo apoyando las rodillas, y se sienta completo en mí, mientras su pico se estaba poniendo duro de nuevo y lo logró sentir en mi guata, lo cual me calentaba adicionalmente.

Yo apoyo la cabeza en la pared, quedando más recostado que él, y con mis manos levanto sus piernas y comienzo a darle muy duro y fuerte, sentía que le iba a reventar el hoyo a cachas. Mis cocos estaban adoloridos y su hoyo recibía todo mi pico, estaba full abierto y yo muy caliente. Momentos después, le aviso que me voy. El me dice, “déjame a mí, no te muevas”.

Ariel se acomoda apoyando su pecho sobre el mío, y empieza a moverse en círculos.
Aguanta, aguanta, me dice. Yo sentía la presión de su pico en mi guata y sus movimientos de culo circular estaban acabando conmigo, no podía contenerme más. Empieza a moverse más lento, como en cámara lenta y en círculos y el orgasmo llega.

Me salió tanta leche, que empezó a chorrearle el hoyo al tiro, sentí que disparé muchos chorros de leche, más de diez, mientras eso ocurría, él se fue sobre mi, y su leche estaba sobre mi guata. Ariel gemía despacito, tenía los ojos cerrados y trataba de recobrar la respiración, mientras mi pico latía dentro suyo y su orgasmo me apretaba más el pico.

-Oh, conchesumadre, cuñado, que rico se sintió.
-Si- me dice- fue mucho más profundo y me arde el hoyo.

Mi pico se empieza a achicar y lo saco, nos quedamos así mismo, abrazados, nos comenzamos a besar.

Él se bajó y se sentó al lado mío, le tiritaban las piernas, dijo que no podía caminar aún.
Yo me sentía todo un actor porno semental, de esos que dejan en silla de ruedas al otro.
Me mira el pico y comienza a pajearlo para sacarle más leche. Yo me estremezco y lo dejo, él apretaba el pico y salían más gotas de leche. Nos fuimos a duchar de ahí, por separado. Pero ese fin de semana, tuvo más encuentros con el cuñado. Les dejó fotos de nuestros picos. Disfruten.

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4 Comentarios

  • Anónimo
    diciembre 1, 2024 a las 1:11 pm

    Oh, que rico…. El relato culiao rico….
    Cómo contactarte???
    Y esos picos…. Se ven exquisitos!!!!

  • Daro
    diciembre 1, 2024 a las 10:50 pm

    Que buena experiencia. Si tienes más cuentalas y las fotos de sus picos están de 10

  • Edu
    diciembre 3, 2024 a las 1:09 pm

    Cual es la tuya, se ven ricas tulas

    • Anónimo
      diciembre 3, 2024 a las 6:13 pm

      La primera imagen

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