Mi primera experiencia en el seminario – Parte I
Hola a todos los lectores, son fans de esta página y hace mucho tiempo quería contar parte de mi historia, el amigo que relató su historia en el seminario me animó a escribir mi primera experiencia homosexual.
Esto pasó por allá por el año 2010, año del terremoto. Fue el año que ingresé al proceso de formación sacerdotal, tras cumplir mi mayoría de edad. En ese momento vivía en un pueblo lejano a la cuidad. En el seminario se forman jóvenes de distintas diócesis, que no los conoces hasta el día que ingresas. Era entonces un 03 de marzo cuando debíamos ingresar y conocer a toda la comunidad con quien debería haber vivido por 7 años (eso dura el proceso de formación).
Cuando llegamos, vi a un tipo muy guapo (siempre sentí atracción por los hombres pero me hacía el wn, vengo de un pueblo chico, muy católico y mi familia también lo era). Bueno, resulta que vi a este joven, mayor que yo, después supe que tenía 24 (Álvaro lo llamaremos) y pensé que era hermano de uno de mis compañeros, se hizo la actividad de bienvenida, nuestras familias también se conocieron y llegó la hora de que se fueran. Cuando llegó ese momento añoraba que ese hombre no se fuera, y así fue, él se quedó y me di cuenta que sería una buena compañía dentro del seminario.
Ese día, tocó elegir piezas, que eran individuales, pero con baños y duchas compartidas (eso da para otro relato). La casa tenía dos pasillos. Ambos quedamos, o creo que intencionados, en el mismo pasillo a un par de puertas de distancia. Así fue pasando el tiempo, nos hicimos muy cercanos y buenos amigos, compartimos nuestras vidas, gustos, la música que preparábamos para las misas y encuentros de oración, etc. Teníamos clases dentro del mismo lugar, almorzábamos todos juntos, la vida en ese año es para conocer a tus compañeros. La buena onda con este compañero fue creciendo mucho, hasta que un día, después de almuerzo, me invita a su pieza a ver Marcelino Pan y Vino (épica película que más de alguno yo creo que la vio) yo acepto su invitación y nos vamos a su pieza, mientras los otros dormían siesta o que sé yo.
Prende su computador y me invita a sentarme en su cama, mientras él se recuesta. Yo me quedé sentado a la altura de su miembro, sin esperar que nada pasara. La película fue avanzado y a medida que eso sucedía, él empezó a meter su mano bajo mi polera, tocándome la guata y el ombligo. Yo no dije nada, solo me dejé, hasta que noté que mi pico estaba ardiendo, él entre roce y roce, me sobajeaba. En ese momento le digo que pare, que no lo siga haciendo o sino yo le agarraré el pico, él me dice, hazlo ahí está. Seguido de eso, meto mi mano bajó su pantalón y noto que está todo mojado con precum, comenzamos a besarnos lenta y apasionadamente, le saqué la polera y me di cuenta que el wn era lampiño, como me gustan a mi. Yo soy más peludo y eso a él también le calentó mucho. Le puso seguro a la puerta y nos desvestimos poco a poco completamente, nos besamos los cuerpos, jugamos un rato a las espadas y comparamos nuestros picos, el mío era más grande y grueso mientras el suyo era más blanco y cabeza rosadita. Nos tiramos sobre la cama y comenzamos una suerte de 69, yo era bien inexperto. Luego de un rato de paja mutua él me avisó que acabaría y le dije que lo hiciera dentro de mi boca, así lo hizo y al segundo acabé yo en su boca.
Este hecho hizo que tuviéramos muchos encuentros dentro del seminario, que quizás puedan ser contados más adelante… No sé imaginan ustedes los secretos que guarda una casa de formación sacerdotal.
Saludos y espero que les guste…
🔥 ÚNETE A NUESTROS CANALES DE TELEGRAM 🔥
Recibe los mejores relatos directamente en tu celular
IR AL CANAL DE TELEGRAM
No hay comentarios aún. ¡Sé el primero en comentar!