Mi primo favorito

Esto sucedió hace unos años atrás con mi primo Miguel, yo tenía 19 y el 24, todo comenzó cuando para unas vacaciones me quedé unos días en la casa de mis tíos, yo dormía junto a Miguel en la misma habitación, en la cual había una sola cama, por lo que teníamos que compartirla.

La segunda noche nos quedamos viendo una película, y cuando esta terminó ya era bien tarde por lo que decidimos dormir, ya llevábamos un rato a oscuras cuando, y mi primo seguramente pensaba que yo estaba dormido cuando empezó a tocar mi trasero, lo hacía suave al principio, solo usando la yema de los dedos por encima de la ropa, yo estaba muy caliente, mi primo es muy guapo y yo ya tenía experiencias con hombres, por lo que quería que él siguiera así que seguí haciéndome el dormido.

Estuvo un largo tiempo tocándome por encima hasta que se decidió a meter la mano por debajo del pijama, me tocaba las nalgas y con sus dedos intentaba muy suavemente buscar mi entrada, hasta que lo logró y empezó a masajearla. Yo en ese momento di un suspiro, lo cual parece que lo asustó por que se detuvo y quedó inmóvil con su mano entre mis nalgas, yo como una especia de señal apreté mi hoyito unas tres veces, él entendió a la perfección y para asegurarse de lo que estaba pasando sacó su mano de entre mis nalgas y buscó mi verga, la cual estaba dura y húmeda.

Tras comprobar que yo estaba caliente y consciente de lo que pasaba, mi primo se acercó, me bajó la pijama y puso su verga pegada a mis nalgas. A continuación con su brazo rodeó mi cintura, lo que me hizo sentir una excitación muy grande ya que me gustaba mucho la sensación de estar rodeado por su gran cuerpo de hombre, al mismo tiempo sentía como su verga palpitaba entre mis nalgas, y con cada movimiento de cadera de mi primo sentía como su glande rozaba mi entrada, la cual ya estaba mojada por todo el líquido que salía del pene de Miguel. Ambos estuvimos así varios minutos, hasta que siento que la respiración de mi primo se agita y posterior a eso sentí unas embestidas bien fuertes acompañadas de unos leves gemidos, al mismo tiempo sentí los espasmos que daba las verga de mi primo entre mis nalgas, las cuales quedaron cubiertas de su leche.
Después del orgasmo mi primo tomó su boxer y me limpió mi y después se limpió su verga, tras ello ambos nos quedamos mirando y esperando para ver quien iba a ser el primero en decir algo… te gustó? me preguntó, a lo que yo le asentí con la cabeza, una sonrisa se dibujó en sus labios y me dijo -a mi también, mañana podemos hacer más cosas si quieres- y le volví a asentir.

Aún recuerdo esas vacaciones como las mejores que he tenido, si bien esa noche mi primo miguel solo se pajeó con mis nalgas, las siguientes noches hicimos de todo, y eso solo fue el inicio de todo, ya que incluso ahora que él está casado nos seguimos viendo para follar.