Mi Sargento – Parte II

Hola sorry x demorarme en subir la 2da parte, ta cuático el final de semestre 🥲.
Como decía, las cosas siguieron como si no hubiera pasado nada. Excepto que ya no me sirvieron más una tercera fuente de comida, que en verdad me hubiera gustado pq era la excusa pa quedarme solo de nuevo con mi sargento. Además, ahora en las duchas cuando el sargento nos tiraba shampoo, yo me pasaba las manos por todo el cuerpo intentado mantener contacto visual con él, especialmente cuando me enjabonaba el pico, pero sin que se notara obvio. Lo del campamento lo habían estado avisando desde el principio, nadie cachaba que se hacía o como era, pero llegó el momento de irnos y literal fue mucho más tranqui de lo que esperábamos. Ibamos a estar dos semanas de campaña.
Cambiaron muchas cosas y todas empeoraron mi calentura. Dormíamos en carpas, de a dos, me tocó con el otro cabro flaquito igual que yo. Las duchas estaban al aire libre, eran como un techo con salidas de agua sin paredes, salía solo agua helada que hacía gemir de frío a todos los machitos (menos mal que hacía más calor que la cresta, fue en época de incendios forestales); y estaban al medio de donde empezaban las carpas, así que pude mirarle todo el cuerpito a todos los otros escuadrones, porque antes solo había mirado a mi escuadrón. Y lo mejor, los sargentos y capitanes también se bañaban ahí.
Mi sargento andaba super wena onda con nosotros, nos dio hartos consejos pa que aprovecháramos de ser los más rápidos. Entre ellos, que nadie incluyéndolo a él, iba a revisar las carpas más que una vez al día, así que pa vestirnos más rápido en la mañana y aprovechando que no hacía frío, nos dijo que durmiéramos en pelota, con las puras calcetas largas puestas. Antes, cuando andaba muy caliente, me iba a pajear al baño, como todos me imagino. Pero ahora los baños quedaban a la cresta y había que ir de a 3 wns, entonces sólo webiaba a mis compañeros cuando de verdad quería usarlos. El morbo de estar en pelota con el otro flaquito me ganaba y me empecé a pajear todos los días en la carpa, cuando el otro cabro se dormía. Yo sabía que él hacía lo mismo, así que muchas veces me hice el dormido pa escuchar como se pajeaba el flaquito, me acuerdo que se escuchaba mucho más mojadito que yo, como si lubricara harto. Además, cuando se corría, también se escuchaban los chorros pegándole en la guata o en el suelo de la carpa. Todo eso me traía a mil (Incluso recordando ahora se me para jajdja).
Como a la semana de estar ahí, yo seguía con la rutina de mis pajas. Mirando tulitas y cuerpos marcaditos de pendejos como yo y mayores como los sargentos. Andaba especialmente atento a mi sargento, de puro acordarme del trozo que me comí, de su olor a cocos, de lo calientita que había sentido su leche, de su cara de caliente cuando lo miré pa arriba… diosss.
Bueno, ahí en el campamento todo empezó porque me dí cuenta que siempre mi sargento pasaba hablando con dos loquitos de una carpa como a 3 carpas de la mía. Eran los dos más altos de mi escuadrón, y mi sargento siempre terminaba llevándoselos a correr. Que ahora también la pista era distinta, porque se perdía entre los árboles. Yo ya sospechaba a qué se los llevaba, pero no me atrevía a nada y tampoco quería ir a correr porqué si nomas akjs. En una de las noches, cuando ya estábamos acostados, un loquito de la carpa de al lado nos «tocó» la puerta de la carpa. Era pa que yo y el otro flaquito lo acompañáramos a mear. Cuando abrí la puerta y entró la luz de afuera, se pudo ver todo pa dentro, incluyéndome a mi y a mi compañero que estábamos los dos en pelota. Pero mi compañero todavía durmiendo estaba boca arriba y con el pico todo duro. Yo no lo había visto duro hasta ese momento, pero el wn se veía tan rico, era casi lampiño pero tenía la media mata ahí abajo, su pico se veía chico la verdad, como 13-14 cm, morenito, no circuncidado pero toda la cabecita rosada afuera, y tan duro que no estaba apoyado en su abdomen sino en el aire. Tuve que aguantarme la calentura y reírme con el wn que quería ir al baño. Lo despertamos, nos pusimos pijama y fuimos donde el sargento que hacía guardia a pedirle permiso pa ir al baño. Los dos cabros aprovecharon de mear y yo fui más allá y aproveché de cagar ajsj. La cosa es que después de usar el baño había que limpiar bien. Los cabros se devolvieron a la carpa y yo le pedí las cosas pa limpiar al sargento de guardia y me devolví al baño. Saliendo del baño, veo como mi sargento, va caminando del área de las carpas pal bosque, esta vez con sólo uno de los wns mas altos de mi escuadrón, y lo más raro, el cabro iba con pura polera del pijama y en boxers. Mi imaginación voló y me devolví al baño a pajearme ajjas y de ahí me fui a acostar haciéndome el loco.
Al otro día, todo super normal y en la tarde, por el comportamiento, nos premiaron como con 3 horas de «recreo». En eso mi sargento nos llamó a toda la escuadra como para felicitarnos y darnos una charla, pero nos llevó a todo el escuadrón bien adentro del bosque, hasta que llegamos como a un quincho que estaba todo desarmado, pero tenía pa sentarse. Después de la charla nos dio permiso pa retirarnos y yo le metí más conversa preguntándole de como era la pega de sargento y etc. el cabro que había visto que salió con él en la noche tampoco se fue, y nos quedamos los 3 conversando. Resulta que al otro cabro le interesaba el tema de convertirse en milico, entonces por eso se esforzaba más que los demás y etc. En la conversación salió que si nos había gustado el bosque y el clima de Chillán, porque yo y el cabro somos del norte. Yo le decía que era el medio cambio porque pa acá con suerte se ven ríos, y él nos comenta que hay uno super cerca de donde estábamos, dónde él se iba siempre a pescar. Hasta que, como en cualquier conversación de «heteros» llegó el momento de hablar de minas. El sargento empezó diciendo que lo único malo de la pega era poder ponerla casi una vez al mes. Si lo pienso ahora, si se notaba tenso el ambiente, se notaban las intenciones. Nos preguntó por pololas y yo y el cabro habíamos tenido unas cuantas pero nada serio. Al final los tres nos reíamos sobre que habían sido pa puro tirar y que puta que se siente rico. Y con eso cambió la actitud de mi sargento. Nos dijo que nos levantáramos y que lo siguiéramos pa ir a ver el río, así que nos adentró más al bosque, hasta que ya no se escuchaba nadie más que nosotros.
Llegando a unas positas mi sargento se sacó las botas, las calcetas y se subió el pantalón como pa meter las patitas. Nosotros estábamos mirando nomás, y yo me agaché pa tocar el agua con las manos.
-Ya po se van a meter o no? Está rica el agüita helaíta.
Y procede a sacarse la polera y los pantalones. Quedando en unos bóxer grises que se le marcaba todo. Yo me calenté de una, mirando su pecho y abdomen marcaditos, sus piernas grandes y obvio mirándole el bóxer, que se le marcaba toda la cabecita y los cocos. Se me paró de una. Se metió al agua y nos dice en tono firme, como cuando dan órdenes:
-Sáquense todo, dejan la ropa doblada y se meten.
-Si mi sargento. Contestamos.
Nosotros nos sacamos todo y quedamos en puro slip, uno blanco que le dan a todos. Yo intentaba taparme la erección con la ropa, pero mirando al otro cabro me doy cuenta que también estaba duro, pero él no lo ocultaba y se fue con todo el pico parao a meterse al agua.
La situación me tenía a mil. Terminé de sacarme la ropa y fui detrás del loco a meterme al agua pero no alcancé.
-Dije que se sacaran todo, después no van a tener tiempo pa que se les seque la ropa mojada. Nos repitió en el mismo tono mi sargento.
Nosotros sin tener de otra nos sacamos el slip y quedamos desnuditos, full erectos y calientes. Y nos metimos al agua. Mi sargento se paró del agua, y tenía todo el boxer pegado, se le marcaba más rico el paquete. Se sacó el bóxer, lo escurrió y lo tiró pa donde estaba su ropa. Estando los tres en pelota, mi sargento se puso más serio y con su voz de hombre me ordenó que me acercara a él. Yo ya estaba tan caliente que no me importó y me paré del agua con el pico todo duro hasta quedar al medio de los dos.
-Porfin tengo a mis dos putitas juntas. Se acercan y le chupan entre los dos.
Bien cómplices con el otro cabro, nos arrodillamos y empezamos a chupársela mientras a ratos nos dábamos besos. Mi sargento tenía una mano en cada cabeza y mientras gemía suavecito estaba atento a los alrededores. Por la diferencia de altura, el otro cabro se comía todo el pene de mi sargento, le entraba toda, no como a mi que no podía llegar a la base; y yo me concentraba en los coquitos, que por el aguita helada del río estaban duritos. Yo me empecé a pajear mientras le succionaba. Y con la otra mano empecé a buscarle el pico al otro cabro. Cuando se la agarré, la sentí tan gruesa en mi mano que paré de chupar para mirársela y csm, otro pico rico wn, no me alcanzaba en largo, pero era super gruesa, tenía una cabecita gigante, que me dejó loco y aún recuerdo. Mi capitán nos apartó de su pico. Me agarró de la cintura y me dejó el culito mirando para él.
-Rodríguez, levante el hoyito y chúpasela a tu compañero.
Yo bien obediente me puse a chupársela al otro. Con las manos le agarré el poto y lo apretaba contra mi cara porque me costaba hacer entrar todo tu pico. Y para mí sorpresa, mi sargento se puso a jugar con mi culito. Me pasaba lengua, me tiraba escupos, me metía dedos mientras se pajeaba. Todo esto fue super rápido. No alcancé a sentirme bien dilatado cuando sentí esa cabecita grande y calientita entre mis nalgas frías por el agua. Sentí el grosor resfregándose en mis cachetitos igual que cuando lo había tenido en las manos. Mi sargento no esperó nada e hizo fuerza pa metérmela de una. Yo me tragué el grito porque estaba ahogado con el pico del otro. Ahora suena rico, pero en ese momento me dolió más que la chucha, quería puro salirme, me dolía horrible. Pero este wn tenía sus manos gigantes en mi cadera, y el otro cabro tenía sus manos en mi cabeza. Como los dos eran más grandes que yo, no me podía mover y me sentía bien putita sumisa. Todavía me acuerdo de lo fuerte que me agarraba de la cintura mientras me hacía sonar los cachetes contra su cadera. Yo me concentraba en apretar y relajar el anito, porque sabía que eso dejaba loco a los heteros, mientras tenía la boca llena con la pura cabecita del otro cabro.
Mi sargento gemía super rico, como macho, mientras me decía weás como «Te sentí tan rico por adentro» «Tan apretadito que eri» «Te vei tan zorrita entre los dos» «Esoo, así, aprétame el pico». El otro cabro no gemía pero cada vez se ponía más bruto, me agarraba del pelo e intentaba metérmelo más adentro de la boca. No sé cuánto rato habremos estado así, pero a mi ya me tiritaban las piernas, tenía saliva en toda la boca hasta el cuello y los ojos llorosos. Hasta que mi sargento me la mete toda, bien profundo y me abraza. Yo me saco el pene de la boca para gemir y mi sargento me levanta como si yo no pesara nada. Sin sacarme su cosa de adentro, me da vuelta y me carga hasta adentro del agua y el otro cabro nos sigue. En el agua, envuelvo las piernas en la cintura de mi sargento y apoyo un brazo en el cuello de mi compañero. Ahí mi sargento siguió bombeándome mientras con el otro cabro nos dábamos besos y yo gemía en su boca. También duramos harto en esa pose, y yo ahí recién ya estaba sintiendo rico en vez de dolor. Hasta que mi sargento, mientras decía cosas cmo «Ohh que rico tu culito chiquito» «Ohh conchetumare que rico», empezó a bombearme más fuerte. Yo lo sentía tan profundo que a ratos se me iban los ojos. Hasta que me agarra más fuerte de la cintura y me aprieta contra él. Por el frío del agüita alcancé a distinguir cuando se vino adentro mío, igual de calientito que cuando lo había sentido en la boca. Me lo saca, yo le saco las piernas y quedo de pie en el agua con el otro cabro atrás, rozándome con su pico duro todavía.
Mi sargento se sale del agua y nosotros lo seguimos. Cuando mi compañero sale del agua con el pico duro aún, mi sargento me ordena que lo ayude mientras él se seca y se viste. Así que yo me agacho y se la empiezo a chupar de nuevo. Yo me comía ese pico grueso lo mejor que sabía, mientras miraba sólo a mi sargento, que por mientras se estaba secando con su bóxer y se vestía. Mi compañero empezó a gemir, gemía fome, pero significaba que se estaba por venir. Así que con una mano le masajeo los cocos y se la empiezo a succionar como mamadera. Me pescó de la cabeza con sus dos manos y me hundió el pico en la garganta. Igual me acuerdo como le latía mientras se corría y me llenaba la boca de leche. Cuando terminé de tragarme todo y dejarle bien limpio ese pene, mi sargento ya estaba terminando de vestirse. Nosotros hicimos lo mismo. Nos secamos con el slip, nos vestimos, y nos fuimos a lo gringo con el slip húmedo en el bolsillo.
Después de eso, en el campamento no pasó nada más allá de más pajas en la carpa y ver wns bañarse. Y cuando nos fuimos del campamento de vuelta al encierro se puso todo más fome y más serio. No me pasó nada más después de eso, pero puta que estuvo rico 🤤.
Eso, espero que me hayan entendido cómo pasó y que les haya gustado. Feliz Navidad ahh dkdkd
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5 Comentarios
Anónimo
diciembre 28, 2024 a las 8:20 pmSin duda mis relatos favoritos, que morbo Rodriguez y su Sargento
Daro
diciembre 28, 2024 a las 9:50 pmQue rico la pasaste macho.
Anónimo
diciembre 29, 2024 a las 3:05 amOooooh mi bueno y hot …. Pero con tu compañero de carpa el flaquito peludito no pasó nada ?? Ni siquiera una pajita cruzada ??
Claudio Bi
diciembre 29, 2024 a las 6:22 amrealmente exquisito tu relato wn, escribe mas, es muy hot como relatas todo.
Pendex 18 Santiago
enero 25, 2025 a las 5:58 pmBuena wn que morbo, a mi me toca darlo ahora también. Háblame al X @pendexpiolacl