Perdido en el sur – Parte III

Mi Paquito me llama inmediatamente, me dice que anda en un campo entregando unas encomiendas que llegaron así que tiene tiempo para hablar. Le cuento sobre la oferta y el cargo y se pone contento. Me dice que estaremos más cerca. Yo de todos modos no me sentía tan a gusto con la noticia, no quería estar a dos o tres horas de mi Paquito, quería estar siempre con él, pero era mejor que verlo dos veces al año.

Le comento a Ignacio que tengo que ordenar unas cosas en Santiago, sobre todo temas del contrato y que en unos días partiría al sur, pues me necesitaban en el cargo a contar del 15 de enero. Así que pasaría las fiestas en Santiago y luego me iría. Nacho me dijo que conocía personas en el lugar donde tendría que trabajar y que haría consultas por casas amobladas para arrendar, aunque le mencioné que la empresa o me asignaba un lugar o me pagaba el arriendo.

Pasaron las fiestas de fin de año. De hecho, el 01/01 a las 00.10 me llama para desearme un feliz año y esperaba que este año estuviera lleno de sorpresas para mí y que ojalá, poder estar a mi lado para compartirlas. Lindooooo!. Confieso que mi Paquito me enamoraba con esos detalles. Sus notas, sus corazones, sus buenos deseos. Eran tan transparente su mirada y sus palabras, que no podía dejar de pensar en él y lo que ocasionaba en mi.

Ese primero de enero, lo pasé con mis padres y mi mamá, si bien estaba feliz por mí y que por fin había encontrado una pega decente y bien pagada (muuuuuuy bien pagada) estaba preocupada por que iba a estar lejos sin nadie. En un arrebato de confianza, le cuento que no estaría tan solo, que había conocido a alguien a mediados de año y que posiblemente ya no estaría más solo. A lo que mi mamá me dice:

-Y ese alguien…. Quién es?
-Alguien!!!!!!
-Ooookeeeey -me dice mientras ordena los platos de la mesa, ya que mi papá para variar la dejo sola en las labores de la cocina-. ¿Y te gusta?
-No sé mamá. Es alguien buena onda…
-Mmmm ya!. ¿Y te gusta entonces…?
-Ay mamá, no sea catete – le digo.
-No soy catete… Pero tener un amigo allá no es lo mismo que acá. El sur es más pequeño y todos se conocen. No quiero que lo pases mal.
-¿Y como sabe que es un amigo?? Podría ser una amiga!!!!
-Hijo, te conozco desde que naciste… sé que te gustan los hombres… y para mí eso no es ningún problema. Solo quiero que estés feliz. Nada más que eso… ya cuéntame…! ¿Quién es? ¿Cómo es?

Me acerqué a mi mamá y la abracé. Vieja zorra, le dije. Me dio un palmetazo en la cabeza y me dijo que la respetara. Sacó un cigarro y se puso más vino en la copa. Le conté todo sobre Nacho. Todo (salvo pequeños detalles que no se le cuentan a la mamá, obvio). Ella muy emocionada, me dice que está feliz. Que por lo que le digo, se nota un buen cabro y que espera de corazón, que sea feliz con las decisiones que tome.

Espero lo mismo. Me da susto si, pero espero lo mismo. En la noche llamo a Ignacio y le cuento que hablé con mi mamá y le conté de él. Copuchento este paco huaso, quería saber de todo. Le conté alguna cosas y le inventé otras, como que dijo mi mamá que me cuides que si no te va a ir a buscar y que conocerás la verdadera ley. Nos reíamos. Me dice que me extraña. Se me aprieta el corazón. Le digo que también. Se queda callado. Pasan unos segundos y me habla del clima. Segundos después le hablo del clima en Santiago. Luego se me pone cochino, me pregunta como ando vestido. Le digo que con un short, una polera musculosa y a pie pelado, pues hacen aún como 30 grados. Empieza a morbosear por teléfono y nos reímos de todas las estupideces que decía y que le respondía. Su acento…. Esa “ch” marcada, la palabra “chico” me excitaba escucharlo, imaginarlo.

Me dijo que se ocuparía mucho para que estos días pasaran rápidos, que había cambiado sus días libres para estar tres días conmigo cuando llegara a mi destino.

-¿En serio hiciste eso?? Uuuy que eres lindo…!!
-Me gusta cuando dices que soy lindo. Suena bonito!!!
-Bonito eres tú – Le digo.
-Te extraño!!! – Le repito.
-Y yo a Ud. – Me dijo -. Buenas noches, que sueñe con los angelitos y conmigo al ladito.
-Buenas noches mi cabo – Le digo.

Corté la llamada y me mordí el labio. Paquito rico….!

Los días pasaron y llegó ese fin de semana, el 12 me fui. En auto!!! Manejé toda la noche con mis cosas en él. Mi ropa, unos libros, mis juegos y algunas cosas de interés para mi. Llegué a las 8.30 am al pueblo y adivinen quien estaba en la casa que había arrendado… Ignacio.

Pasé a buscar las llaves de la dueña de la casa que arrendé y me dirigí a ella. Al estacionar veo la camioneta de Ignacio y corro hacia el interior. Era una casa de madera, chica, pero hermosa, color caoba, con un cerco de reja de gallinero. Tenía hartos arbustos y una chimenea. Mientras corro, Ignacio abre la puerta y corre hacia mi. Nos abrazamos fuertemente, estuvimos así harto rato. Estaba helada la mañana y sentir su calor me vigorizó y llenó de energía. Lo empujo hacia la casa y tras cerrar la puerta, nos besamos. Queeeeeee besooooooo!!!!!!. No podíamos dejar de besarnos. Mis labios se sentían muy suaves después de besarnos. Mi Paquito me decía que me extrañaba… Y yo a ti, le respondía. Después de ese beso, no me quedaban dudas de que mi estadía en el sur, sería o estaría llena de muchas aventuras. ¿Han besado a alguien alguna vez y ese beso les ha transmitido todas las respuestas que buscan?. Este beso fue así!. Pero no les voy a dar la lata con esos pensamientos. Al grano. Tomamos desayuno…!!!. Ohhhh, que rico… Nachito hizo huevos revueltos, de un color y sabor exquisitos, con pan amasado y un buen mate. Me devolvió a la vida por segunda vez en menos de 30 minutos.

Conversamos un poco y me ayudó a sacar las cosas del auto, no eran muchas cajas, más bien bolsas de basura, pero eran mis cosas. Las acomodó en el comedor y quedamos desocupados. Lo miro detenidamente y se veía bien guapo… andaba con un buzo gris claro, se le marcaba bien el culo y el paquete, con un polerón verde paco y un jockey negro. Se sienta al lado mío y me abraza. Me dice que me extraña pero que ahora estaremos más cerca, nos besamos y comenzamos a comernos. En dos segundos nuestra ropa ya estaba afuera, mi Paquito cuando se excita se pone rojo, tanto la cara como el pecho, además mis besos en su pecho acentuaban su color. Recorro con mis manos todo su cuerpo y nos lanzamos al suelo, ya que el sillón era chico. En el suelo estábamos sobre una alfombra, y nos acomodamos en un rico 69 de lado, ambos teníamos acceso a nuestros picos. Comienzo a chupar el pico de mi Paquito, que rico sabor y forma, cabía muy bien en la boca mientras yo sentía que mi amigo pasaba la lengua y pajeaba rico también.
Sigo chupando sus bolas, que son bien grandes y peludas y de pronto siento que su lengua se dirige más allá de donde otros han llegado… y la verdad, fue rico. Me dejo, me acomodo, dispongo mi culo para ser besado por mi paco. Lo hace bien, pasa la lengua por el hoyo, lame y puntea con ella.

-¿Puedo? – Me pregunta muy tierno.
-Sigue, con cuidado!!!
-Lo haré gentil – me dice.

”Gentil” (grito en mi interior de placer por esas palabras rebuscadas)

Sigue besando, comienza a tocarme con sus dedos, me acomodo más y me pongo encima suyo, dejando todo mi culo en su cara, mientras yo me como su pico, un rico pico. Siento su lengua en lo profundo de mi hoyo, la mete y la saca, siento su saliva lubricando todo. Primera vez que deseo que me penetren. Quería que mi primera vez fuera con alguien así, con mi Paquito. Hundo mi culo en su cara y lo ahogo, mientras su lengua traspasa mi hoyo, he sido penetrado por su lengua. Csm… La wea rica!!!! Me encanta…!!!!. Después de un rato de estar así, mientras su lengua me lleva a placeres desconocidos y yo chupo y pajeo su pico, me dice:

-¿Lo puedo intentar?
-Hazme tuyo!!!! – Le respondo.

Se sale de abajo mío, se coloca de rodillas y comienza torpe y lentamente a puntearme el hoyo. Al tercer o cuarto intento, logra meterlo, se queda quieto un instante, como sintiendo todo a través de su pico, yo percibiendo como mi culo se acomodaba a su pico, lentamente comienza a moverse, del ardor y dolor rápidamente comienza a sentirse un enorme placer, pone sus manos en mi cintura y levanta una pierna y comienza a puntear más rápido. Yo sentía que mi culo se iba a partir, pero el placer era inexplicable. Baja la pierna y me abraza apoyando su pecho en mi espalda, se le sale el pene y trata de meterlo de nuevo. Ahora fue más profunda la metida, ambos gemimos de placer. Me besaba la espalda, eso hacía que sintiera cosas profundas en mi. Quería besarlo, quería sentirlo pegado a mi. Quería decirle muchas cosas, mi cerebro se volvió una máquina de ideas, mientras su mano recorría mi espalda y me agarraba el culo. Saca el pene y se acuesta en el suelo, abre las piernas y me da la señal, me acerco y me recuesto sobre él, apoyo mi pico con el suyo, comenzamos a movernos sintiendo nuestros picos tocarse en nuestro abdomen, nos besamos profundamente, nos acariciamos, nos miramos a los ojos mientras nuestros picos se tocan, se unen, se encuentran. Sentir otro pico con el de uno, es…. Guaaaa!!!! Exquisito.

Me acomodo un poco y comienzo a abrirle el hoyo con la punta de mi pico, entra, lo abrazo, y comenzamos a movernos en un eterno beso, siento sus piernas rodeándome, apretándome, me toma del cuello y me mira profundamente mientras ambos respiramos agitados, en la boca del otro, el sudor nos cae, el abrazo se hace más estrecho, su cara se ve roja, no dejo de jadear, él tampoco, nos besamos y nos miramos a los ojos, mientras mi pico lentamente se abre camino en sus entrañas. Suelta mi cuello y se comienza a tocar, me dice que no aguanta más, le digo que tampoco, saco mi pico de su hoyo y nos pajeamos cruzados encima de él, saltan nuestras leches juntas, mezclándose en su abdomen marcado. Me rindo ante el cansancio y caigo sobre él, Ignacio toma mi cara y me besa, me muerde el labio. Me mira. Su mirada… es como si me quisiera decir algo. Mi suspiro interrumpe el momento.

Nos acostamos ambos de espalda en la alfombra con las piernas entrecruzadas, mezclados. Nos quedamos así un rato. Luego me da frío, al enderezarme, me abraza por detrás, me hace sentir amado. Me siento amado. Me siento cálido. Me siento seguro. ¿Que chucha me está pasando?

Me pongo su calzoncillo. Me queda apretado. Él se pone mi bóxer. Se ve hermoso, el mío es uno de muchos colores de la marca top. El suyo parece institucional de color blanco.

-Se le ve buen poto oiga – me dice.
-Se te ve buen cuerpo oiga – le respondo.

Nos miramos y nos reímos. Nos vestimos y me ayudó a ordenar mis cosas. Los siguientes días siguieron así, se quedó conmigo. Tenía franco unos días. Me ayudó a sacar mis pocas cosas e hicimos vida de estar juntos. Cocinábamos, lavábamos la loza, salíamos a comprar. Fuimos a una feria artesanal a mirar y nos comimos una manzana confitada, la cual le manchó la cara y solo un beso mío se lo pudo quitar. Cosas de pareja. Mierda! Parecemos pareja…. Pensé!!! Esto va muy rápido!!!!

El día anterior a salir a trabajar, me dice Ignacio que tiene que volver. Que nos podemos ver cuando tenga días libres de nuevo. Nos abrazamos y nos besamos. Se fue. Todos esos días hablamos por teléfono. Yo comencé a trabajar, haciéndome cargo de un proyecto en un puerto, me desocupaba a las 18.00 horas y me iba a casa. Cuando él terminaba la guardia me llamaba y hablábamos. Esas semanas fueron bien lluviosas, raro para mí, pues era enero (verano) pero normal para todos ellos. De a poco fui aprendiendo a conocer el clima.

Pasaron 10 días sin verlo. Por razones de lluvia y temporada de vacaciones no pudo salir. Un día llego a mi casa y él estaba en casa. Me traía de regalo una flor. Era una de dos colores, no sé cómo se llama y él tampoco. Dijo que la vio en el camino y lo hizo pensar en mí. La cortó y me la trajo. Le sonreí tiernamente y lo abracé. Nos dimos un beso muy tierno. Mientras me abrazaba suspiraba. No paró de decirme que me extrañaba. Fuimos al negocio a comprar algo para comer y para el menú de esa noche: pan amasado con queso. Un manjar.

Después de comer me dice que se le hizo difícil estar sin mi. Que me extrañó mucho!

-Yo también Ignacio, sabes que me pasó? Que sentí la necesidad de estar contigo, le confieso. No sé, creo que me gustas demasiado. Y extraño no verte. Me acelera el corazón estar contigo. Nunca te lo he dicho pero gracias.
-¿Gracias de qué?
-Gracias por recogerme en el camino ese día. Andaba perdido y muerto de frío. La lluvia me desorientó y no sabía dónde andaba. Gracias por parar.
-Has escuchado ese reclame antiguo que decía: “un amigo en tu camino” y pone cara de emoji sonriendo. Bueno, eso fui. Un amigo en tu camino.
-No Ignacio, eres más que eso.

Me acerco más y nos besamos muy romántica y lentamente. Nos pusimos de pie y nos dirigimos a la pieza de la mano. Nos quitamos la ropa mirándonos a los ojos. Cada uno se quitó lo suyo. Nos miramos desnudos, de frente, le puse las manos en el pecho y me acerqué a él, logré sentir su corazón como latía rápidamente. Nos miramos de nuevo y nos besamos. Puso sus manos en mis hombros y yo en su cintura. Fue un increíble momento.

Nos acostamos e hicimos el amor de la manera más romántica posible. No hubo morbo. Hubo pasión, hubo química, hubo fuego. Él semisentado y yo sobre él, lo hicimos de una manera muy desde el corazón, nuestras pieles anhelaban encontrarse, sentía que se me paraban los pelos de los brazos, ambos respirábamos sobre el otro. Acabamos juntos y seguíamos tocándonos. Luego de recobrar la respiración me dice:

-¿Te cuento algo?
-¿Sí?
-Acá cerca, en la capitanía de puerto, hay un retén. ¿Lo viste?
-Sí, lo vi. No puedes pedir traslado para ese retén?

Sonríe y me dice:

-¿Cómo le llaman a eso?? Me hiciste sploter!!! Na que ver pos.
-¿sploter? ¿Qué es eso?
-Eso que se hace cuando le cuentas una película a alguien que no la ha visto po.
-Spoiler… Y ambos nos reímos. Me detengo y me doy cuenta de lo que me dijo!
-¿Queeee? ¿Te vienes para acá?

Mueve la cabeza diciendo que si con una enorme sonrisa, dejando ver todos sus hermosos y grandes dientes blancos….!!!! Yo salto encima de él y lo comienzo a besar… No lo podía creer!!!! Íbamos a estar juntos!!!!! Me calmo un poco y le pregunto por los detalles. Me cuenta que cuando me buscó la casa para arrendar pensó que lo mejor era pedir el cambio. Además no se llevaba bien con el compañero, era muy mañoso. Hizo las consultas y justo había una vacante en este sector, ya que había fallecido un compañero hace un tiempo y nadie había sido destinado. Elevó la solicitud a la institución y se la confirmaron ayer. Partía el 01/03 después de su vacaciones.

Yo lo miraba atónito. No podía creerlo. Lo besé y abracé fuerte…

-Me vas a romper huesos. Soy fuerte pero me ganaste – me dice.

Me acomodo a su lado, semisentado como está él y me abraza, pone su cabeza en mi pecho y me dice:

-Tú corazón parece que está en una carrera de caballos – Y hace el sonido de mi corazón latiendo.
-Es que estoy emocionado. No lo puedo creer. Ignacio…. Eres maravilloso. De verdad. No sé cómo te fui a encontrar por estos lados. De verdad… no puedo creer que tú y yo estaremos juntos, podríamos pasar todos los días juntos. Estoy muy feliz.
-Tú no me encontraste. Yo te encontré!!
-Aaawww…. Lindo!!!!

Luego me dice:

-Fabián… quiero preguntarte algo.
-Dígame.
-¿Quieres que vivamos juntos?
-Me encantaría, le digo de inmediato.
-De verdad?
-Mi cabo, estoy frente a una autoridad. Solo digo la verdad y nada más que la verdad. Y pongo mis dedos con tres dedos de pie como los boyscouts.
-¿Te puedo preguntar otra cosa?
-uuufff…. Que estás preguntón. Dale… lánzala…!!!
-¿Qué sientes por mi?

¿Te gustó el relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 5 / 5. Recuento de votos: 10

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

/ / / 🇨🇱 Chile / 🌈 Gay

🔥 ÚNETE A NUESTROS CANALES DE TELEGRAM 🔥

Recibe los mejores relatos directamente en tu celular

IR AL CANAL DE TELEGRAM
💬 Escribe un comentario

No hay comentarios aún. ¡Sé el primero en comentar!

💬 Deja tu comentario

×

Reportar Relato

SALTAR AVISO