Perdido en el sur – Parte V: Final 😭

Mi respiración se detuvo el tiempo que duró su pausa. Una eternidad. Víctor Jara ya lo decía: “la vida es eterna en 5 minutos”

¿Qué les dijo? ¿Qué le dijeron? ¿Qué dijo? ¡Ay Dios!

Me animo a hacer la siguiente pregunta y me interrumpe diciendo:

-Les hablé de ti. De que conocí a alguien y estoy con él.
-ya, y??? Cuenta po Ignacio.
-Naaa. Al principio no dijeron nada, al final tampoco!! Jajajajajaja
-¡Idiota!
-Ya, pero sin violencia, recuerde que le puedo meter la presa, o sea, meterlo preso.
-Ajjajaja, ya, sigue por favor.
-Te cuento más cuando llegue a casa. Voy en camino. Me queda como una hora. Te quiero.

Y me corta.

Yo me dije: no me puede hacer esto. Pero va manejando y de noche no hay mucha iluminación, mejor lo espero y hablamos. Me senté a seguir viendo TV. No vi nada en la siguiente hora. Cuando llega, entra muy contento, como si viniera de cualquier parte. Se sienta y me da un beso en la mejilla. Yo apago la TV y pongo toda mi atención en él. ¡Cuéntame todo! Pero espérate un poco.

Me paro y voy a la cocina, saco unas cervezas y las pongo en sus manos, me siento y me tapo con una frazada que está en el sillón.

-Ya, ahora si.

-Na, hablamos. Nos pusimos al día de todo, hace tiempo que no los veía. Mi mami preparó once y eso hicimos, comer y hablar. En un momento mi mami me dice que me ve contento. Que se alegraba de verme así. Y le digo:

-Debe ser que estoy enamorado.
-¿Así? ¿De quién? ¿Estás pololeando? – me pregunta.
-Sí – le respondo – algo así.
-¿Y como se llama la chica?
-Se llama Fabián.
-Ah, es chico.
-Sí – Y me echo un pedazo de pan con tomate a la boca. Mi mami empieza a revolver el té, como buscando respuestas en el fondo de la taza y me dice:
-¿Te quiere?

Y le respondo pos. Le conté de ti, quien eras y en que estamos. Mi papi no dijo nada. Ni me miraba.
Pero antes de venirme, me dijo que el viernes podríamos matar una vaca que tiene lista y hacer un asado, y te tengo que llevar. Yo lo miraba y no podía creer lo que escuchaba. Estaba sin palabras. Lo abracé fuertemente y luego le dije:

-¿Y como te sientes ahora?
-Tranquilo pues, muy tranquilo.

No me interesa nada más que tener la tranquilidad de que mi mami y mi papi no se sientan mal por mis decisiones. Y además te quieren conocer… ¿Que dices?

-Obvio, tengo que ir a conocer a los suegros. Pero no tengo que matar la vaca ni ver todo el proceso no?
-Jajajajajaja… Que eres tonto… No poooos, eso se hace antes, ese día estará todo listo ya. Solo llegar y beber vino y después comer.
-Uffff…. Hace tiempo que no tengo que conocer a los suegros!
-Estoy tranquilo – Me dice – Muy tranquilo.
-Que rico… Me siento feliz por ti Nacho.

Nos abrazamos y yo podía sentir a un niño frágil en mis brazos, me dio mucha ternura su abrazo y la forma en la que su cuerpo descansó en mi. No lo solté. Nos tomamos la cerveza y me contó otras cosas que hablaron. Nos fuimos al baño para lavarnos los dientes y me dice:

-Tengo todas mis cosas en mi camioneta. Voy a sacarlas y vuelvo.

Vuelve y tenía una mochila grande y una maleta pequeña, estaba oficialmente de vacaciones, pero también, se había retirado de ese retén, por lo que traía hartas cosas. Las dejó en el living y sacó sus útiles de aseo. Puso su cepillo de dientes junto con el mío. Aaaaaawwwwww. Entramos a la pieza y nos empezamos a sacar la ropa, mirándonos en todo momento. Él se sacó su polera y pantalón, yo hice lo mismo. Quedamos a un lado de la cama cada uno. Se saca su slip y yo mi bóxer. Su pene tenía una pequeña erección, yo ya estaba con toda la tula parada. Se queda de pie y se pasa una mano por el pecho, baja por su abdomen y se toca el pico, el cual termina de crecer y se posiciona como siempre: Grande y duro.

Nos subimos a la cama y nos empezamos a besar, mientras nuestros picos se encuentran, se tocan, se unen. Nos besamos solo con la luz de una lámpara encendida, nuestros cuerpos se reconocen nuevamente, nuestros picos se frotan, siento sus manos recorrer mi cuerpo, lo mismo hago con las mías. Él se acuesta de espaldas en la cama y abre las piernas, yo me bajo de la cama y acomodo su cuerpo en la orilla, lentamente me acerco a él y comienza mi pico a buscar su hoyo, se acerca, lo roza, lo toca, lo moja, lo presiona, su hoyo se resiste, coquetea, se abre delicadamente, se humedece, se cierra, se abre de nuevo hasta que decide aceptar a este invitado. Mi cuerpo se apega a su pelvis, sus piernas abrazan mi cuello, sus manos tocan mi pecho y juega con mis pezones, se sienten duros, se paran, los aprieta, los mueve; mis manos recorren sus piernas, mis labios besan sus piernas no muy peludas, siento sus pies rodeando mi cuello. El sonido del acto sexual llena la habitación, sonido a humedad, sonido a placer, sonido a disfrute. Nuestros gemidos completan la escena, su voz, sus peticiones, las mías y el placer que sienten nuestros cuerpos.

Salgo de esa posición y me agacho para chuparle el pico, siento ese sabor delicioso a semen que humecta su miembro viril, recorro con mi lengua ese cuerpo, beso cada centímetro de su pene, paso la lengua por sus venas, por su cabeza, con mi saliva mojo su tronco y esta corre por su piel, beso la piel de sus cocos, y muevo sus cocos con mi lengua, su cabeza está hacia atrás, su cuerpo se contornea en la cama, levanta la pelvis cuando me lo meto entero en la boca y siento con mis labios el sabor de su piel, lo saco y lo mojo nuevamente, dejando caer toda la saliva mezclada con su néctar en su pico.

Lo tengo con el pico full duro, esta tieso y muy grueso, parece más grande de lo normal. Me subo a la cama y me siento sobre su guata, lo beso, me come la boca, su pene juega en mi raja. Se apoya, me pide entrar, deseo que entre, quiero que entre. Muevo una mano por detrás y levanto mi pelvis para acomodar su pico en mi hoyo, solo se ha dilatado por el placer que siento, lentamente consigo que entre. Lentamente me bajo para sentirlo todo en mi interior, llenando ese vacío que solo su pico puede completar. Cuando siento su cuerpo chocar con el mío, comprendo que está completo y acomodo mis piernas, para comenzar a moverme y controlar los movimientos de placer, subo y bajo lentamente, me recuesto sobre él y nos besamos, él me abraza y siento sus manos recorriendo mi espalda, sus dedos pasando por mi columna vertebral, lo cual me hace gemir de un intenso placer.
Me siento completamente, lo miro y comienzo a saltar sobre él.

Con sus piernas colgando de la cama estira los brazos y me mira con sus ojos de hombre caliente, con su boca entreabierta. Respirando agitado y rápido. Veo sudor en su pecho, el cual bebo con mi lengua. Me enderezo de nuevo y comienzo a levantar mi culo, para que se mueva completo. Después de un ratito, me salgo y me doy vuelta, le doy la espalda, él lo mete de nuevo y ve como se le hunde el pico en mi hoyo. Esa sensación de no ver, me calentó muchísimo y tenía más fuerza para moverme más profunda y rápidamente. Él endereza su cuerpo y apoya su poto en la cama, tocando con los pies el suelo, yo delante de él, en la misma posición. Me muevo rápidamente y siento la penetración muy profunda, creo que me llega a zonas donde nunca antes había sentido algo. En pleno movimiento eyaculo sin tocarme. El orgasmo fue distinto. Fue intenso. Me quedé hasta sin respiración, no me moví, quise quedarme quieto para sentir en profundidad esta erupción de placer que venía desde mi interior. Nacho acaba dentro mío y siento que su leche comienza a salir, sigue moviéndose un poco y me salgo.
Me doy vuelta y lo abrazo, me siento arriba de él y lo comienzo a besar, mientras mi hoyo escupe toda la leche depositada sobre su abdomen. Nos paramos y nos tapamos. Nos dormimos al rato.

Los días siguientes fueron similares. Yo trabajando y mi Paquito en casa. Al llegar o antes de salir en la mañana su encuentro sexual íntimo. A veces solo oral, otras más potentes. Conocí a sus padres, los amé. Sus últimos 5 días de vacaciones tuve 5 días de vacaciones que me dio la empresa.
Así que nos fuimos a acampar. En su camioneta metimos lo necesario para pasar 5 días en la naturaleza. Lo hicimos en la carpa, en el bosque, en el lago, en un baño, en una cascada que nadie conoce. Nuestra relación es hermosa y plenamente completa en todo ámbito. Somos amigos y culiamos rico.

La noche anterior a regresar a “nuestro hogar”, estábamos abrazados (y bien abrigados) afuera de la carpa mirando las estrellas. Hablando tonteras pero nuestras tonteras, con gorro, una frazada, tapados con dos mantas, de pronto, nos quedamos mirando y me nació desde el fondo del alma, decirle: Te amo.

Mi Paquito hermoso, cerró los ojos, sonrió y me dijo:

-Llevo tiempo esperando tu declaración. No quería ser el intenso ni el que siempre dice todo primero, pero ya no podía más. Te amo Fabián. Te amo desde el primer día que te vi. Me cambiaste toda la vida y amo que seas tú quien haya hecho todo esto. Gracias por amarme.
-Aaawww… Mi amor… Tú me cambiaste la vida. Tú me salvaste. Eres mi superhéroe, mi amigo, mi partner. Te amo.

Nos besamos y no paramos de decirnos te amo desde ese día.

Luego, volvió a trabajar a su nueva unidad, yo retomé mi trabajo. Por su pega, llega tarde o a veces tiene más tiempo que yo. Pero todo da lo mismo, pues al final del día, sus brazos y los míos están unidos.

Gracias amigos por compartir esta historia.
Con Nacho, estamos felices de que nos hayan leído.
Les dejo una foto del pico de Nacho y otra mía.
Que lo disfruten.
Un abrazo a todos.
Adiós.