Sorprendiendo a mi hermano – Parte I
Tengo 22 años. Estudio en otra provincia y con todo esto del Covid-19 logré viajar a mi ciudad antes de que cerraran las rutas y no pudiera salir por quedarme en cuarentena en ese lugar.
Llegué a la casa de mis padres en la tarde y entré con la llave que tenía ya que estaba todo cerrado y oscuro como si no hubiera nadie. Dejé los bolsos en el comedor y como vi que había algo de luz en una de las habitaciones, me acerqué por el pasillo hasta la que era la habitación que compartía con mi hermano 2 años menor que yo. La puerta esta entreabierta. Rodrigo, mi hermano, estaba en la cama totalmente desnudo mirando un video en su notebook con los auriculares puestos y masturbándose y gimiendo de una forma que nunca imaginé escucharlo.
Me quedé viéndolo a escondidas e inmediatamente sentí una erección en mis pantalones. Soy gay y por muy hermano mío que fuera, siempre me resultó atractivo. Y verlo así encendió mi morbo aún más. Rodrigo jugaba al rugby, tenia un cuerpo fornido y con bastante vello corporal. Mi prototipo perfecto de hombre. Algunas veces nos veíamos en ropa interior pero nunca 100% desnudos. Siempre nos llevamos muy bien y él era una persona de expresarse con mucho contacto físico, lo que en los últimos años me generaba problemas porque sus abrazos me causan incómodas erecciones que a veces no sabía cómo disimular.
No sabía qué era lo que él estaba viendo en ese video, pero no era lo que importaba. Quería disfrutar este momento único, ver como apretaba esa verga venosa y jugosa. Contemplarlo retorcerse de placer en el momento de acabar. Deseaba ser yo el que lo masturbaba y chupar esa verga y ese líquido preseminal tan abundante.
Yo estaba tan absorto en mi situación de espiarlo que sin darme cuenta me caí sobre la puerta y la abrí quedando yo a la vista de mi hermano y él totalmente expuesto en todo su esplendor de macho.
-iPerdón! -atiné a decirle con cara de sorprendido. Él no sabía qué hacer. Tenía su verga húmeda en una mano y cada tanto daba sobresaltos. Eso no lo entendía. Hasta que vi sobresalir entre sus nalgas un objeto de goma de esos que son vibradores con mando a distancia. – Seguí tranquilo, le dije.
-Matías, espera. ¿Me estabas espiando? – Me dijo tapándose con un pedazo de sábana, cerrando la notebook, pero no dejando de estremecerse cada tanto.
-Eeeeh, es que me acerqué y como te vi tan concentrado… no quise interrumpirte. ¿Eso que te sale de las nalgas es un vibrador? Pregunté como para desviar su pregunta y se puso colorado.
-Eeeem, sí. Es para masajear la próstata. Es increíble para sumarlo a esto. Deberías probarlo alguna vez -me dijo ignorando que yo era un experto en masaje prostático Pero parece que te gustó lo que estabas viendo porque se te paró la pija -me dijo señalando mi entrepierna con cara pícara-. Si quieres podemos pajearnos juntos o me ayudas. – y mientras decía esto movía la sábana para mostrarme su pija mientras se pajeaba.
Yo no lo podía creer. Mi fantasía se estaba cumpliendo. Entré a la habitación, me acerqué a su cama y estiré mi mano hasta su miembro. Era grueso y venoso. Estaba muy caliente. Comencé a masturbarlo y él gemía más que antes. Vi que se retorcía de placer por el vibrador anal así que tomé el control de su celular y a través de la aplicación que lo dirigía comencé a provocarle aún más placer con patrones de vibración que yo también conocía. Su pene tenía tanto jugo pre seminal que bañó mis dedos. Me los llevé a la boca y chupé los dedos uno a uno mirando a mi hermano a los ojos. Él se sorprendió y al parecer eso lo calentó aún más. Él se mantenía con los ojos cerrados por el momento y fue ahí que acerqué mi boca a su miembro y comencé a chuparlo suavemente al principio y luego de forma más enérgica. Quería sacarle su leche y tomármela toda.
-No sabía de estas habilidades tuyas, hermanito.- Me dijo entre gemidos- Sos todo un experto. Por favor no pares. Háceme explotar la pija en tu boca, por favor.
-Lo que vos me pidas, hermano. Dame verga. Dame tu leche hasta la última gota- le dije en un estado de calentura que yo no daba más.
Yo quería pajearme y quedarme desnudo también. Mi hermano se dio cuenta y me ayudó a desvestirme. Quedamos los dos desnudos. De repente veo que cambió de posición y quedamos en un 69. Rodrigo se llevó mi verga a su boca y comenzó a chuparla como un experto también.Yo no daba más de placer. Y seguía mamando su pene sabroso y jugoso. Sabía que ambos estábamos al borde del orgasmo. Era demasiada calentura. Rodrigo eyaculó primero en mi boca. Chupé toda su leche y exprimí su verga. Segundos después él me hizo acabar y se tomó todo mi semen apretándolo hasta sacarle la última gota.
Quedamos tendidos en la cama. Totalmente desnudos. El olor a macho en la habitación era fatal.
-Qué olor a macho que hay acá.
-Sí, me recalienta -le dije mientras jugaba con su verga semierecta que aún rezumaba algo líquido y me lo llevaba a la boca.
-Veo que te gusta mucho todo esto. Parece que ya lo has hecho antes. ¿Hasta cuándo te quedas? -me dijo guiñando un ojo-
-Veo que hemos perdido el tiempo -le contesté sonriendo.
🔥 ÚNETE A NUESTROS CANALES DE TELEGRAM 🔥
Recibe los mejores relatos directamente en tu celular
IR AL CANAL DE TELEGRAM
3 Comentarios
Anónimo
junio 14, 2025 a las 10:29 pmQue relato más falso aunque muy hot
Anónimo
junio 16, 2025 a las 9:15 amEl relato más falso que he leído aquí
Sin nombre
junio 18, 2025 a las 11:56 pmMuy falso el relato pero me gustó jajaja me recuerdan a las películas pornos con una historia absurda pero caliente jajaja