Sorprendiendo a mi hermano – Parte II

Luego de lo que pasó con mi hermano, no volvimos a hablar del tema. Nunca quedábamos solos en la casa, pero si teníamos miradas pícaras, comentarios que se podían tomar en doble sentido y roces de nuestros cuerpos que se podían tomar como demasiadas coincidencias.

Me desperté de dormir la siesta y quería orinar, pero mi papá estaba usando el único baño de la casa. Decidí aguantar y mientras salí a comprar algo al almacén de la vuelta. Me demoraron más de lo que esperaba. Entré apurado a casa y cuando me acerco al baño noté que corría la ducha. Golpee la puerta y me contesta mi hermano Rodrigo.

-¿Por favor, puedo pasar? iiiMe meo!!! -le digo apurado
-¡Sí pasa! -me dice desde la ducha.

Entro al baño y me paro frente al inodoro para orinar. Era tanta la necesidad de hacerlo que ni el recuerdo de la calentura de la vez anterior distrajo mis ganas de vaciar la vejiga, pero al ver de reojo su cuerpo desnudo tras la cortina de la ducha mi pija comenzó a reaccionar y mi chorro de meo a interrumpirse.

-Vos siempre tan oportuno -me dice Rodrigo – Desde que estás acá es la segunda paja que me interrumpís.Y lo veo tocarse la verga tras la cortina
-Si querés te puedo ayudar -le digo justo terminando de orinar -¿también te trajiste tu juguetito?- Le pregunto haciendo referencia a su vibrador.

Abre la cortina de la ducha y lo veo con su verga al palo, pajeándose. En ese momento yo también me masturbaba y lo miraba. Me desnudé y me metí a la ducha comiéndome su boca, apretando sus nalgas y pajeándolo, todo al mismo tiempo. La calentura que tenía era inmensa. Sé que es mi hermano y creo que eso nos da más morbo.

-¿Te quedaste con ganas de algo más? – me pregunta susurrando.Yo le beso el cuello. Muerdo suavemente su oreja izquierda y vuelvo a besar el cuello, a morderle el mentón.Le como la boca y nos damos un beso con lenguas que nos encienden más. Me agacho y comienzo a chuparle la pija de una forma desesperada. Rodrigo gime y se retuerce de placer
-Cógeme -me pide suplicando- quiero sentir tu leche dentro mío-. Le metí un dedo y comencé a masajear su próstata como ambos sabíamos que le gustaba. Se retorcía de placer. Me puse crema de enjuague en la pija e intenté penetrarlo desde atrás suyo. No me costó mucho porque estaba muy caliente. Lo bombeaba y disfrutábamos muy rico. Por momentos yo sentía que iba a venirme y reducíamos la intensidad para aguantar más.Todo debajo del agua.

En un momento escuchamos que hablan fuera del baño. Era nuestro padre. Golpea la puerta del baño. Nos quedamos paralizados. Mi verga tiesa dentro de Rodrigo. El agua corría por nuestros cuerpos y el silencio que se hacia eterno. Vuelve a golpear y pregunta «¿Matías? ¿Rodrigo?» Contesto diciendo que era yo quien estaba en la ducha. «hijo, necesito orinar. ¿puedo pasar'» nos quedamos helados con mi hermano. Estábamos desnudos en la ducha, cogiendo y nos pasaba esto. Y sucedió algo inesperado que nos salvó: se cortó la luz. Era lo único que nos podía salvar de ser vistos dentro del baño.»Si, papá, pasa. Podés ver algo?». Papá entra a tientas al baño y se escucha como comienza a orinar. Rodrigo y yo estábamos quietos y con nuestros cuerpos pegados el uno al otro. Mi verga seguía clavada en su culo que la apretaba de la adrenalina del momento.
Conociéndolo a Rodrigo sabía que no se iba a quedar así. Comenzó a moverse despacio, haciendo que mi miembro entrara y saliera de su ano. Yo no podía creerlo.

Me estaba cogiendo y a pesar de todo la calentura que tenía era increíble. Papá no terminaba nunca de mear. Yo sentía que iba a acabar en cualquier momento, pero no quería que fuera así. Quería disfrutarlo más. Papá me hablaba, pero no sabía ni lo que me decía. Yo estaba concentrado en que no se diera cuenta de que detrás de la cortina sus hijos estaban teniendo sexo incestuoso. Rodrigo continuó su vaivén anal provocándome un orgasmo que tuve que reprimir mordiéndome los labios y entre suspiros le llené el orto de leche. «¿Hijo, estás bien?» Me preguntó papá. ”Sí, papá. Es la ducha que me relaja» Le contesté como pude «jajaja, yo también me relajo en la ducha» me contestó en tono que podía interpretarse como picarón sacudiendo su miembro y luego saliendo del baño. Cerró la puerta y volvió la electricidad.

Nos quedamos mi hermano y yo en la ducha. Quería matarlo. Seguirlo cogiendo. Hacerlo acabar. Saqué mi verga de su ano y escurría leche. «Háceme acabar» me dijo como si fuera una súplica. Me arrodillé y le comí la pija hasta que se vino en mi boca. Le di un hermoso beso blanco intercambiando entre nuestras bocas su semen.