Viudo morboso – Parte I

Bueno me decidí a contarles unas de mis aventuras cuando aún era pendex hace más menos 10 años atrás ahora tengo 28 para que saquen la cuenta jejeje.
Cursaba en la media en un liceo del norte del país donde siempre hay sol. Eramos como 4 o 5 compañeros que siempre compartíamos, los padres de uno de ellos tenían un tipo camping con cabañas y piscinas al interior de la ciudad donde vivíamos, como a 30-40 minutos.
Corría el mes de mayo mas o menos y nos invita a quedarnos una noche al camping, día viernes saliendo del liceo hasta el sábado en la tarde, ahí fuimos 3 compañeros más él y su madre que era la que llevaba como la contabilidad del camping. Llegamos y nos recibe un tatita de unos 60 años que era como el administrador y era tío del padre de mi amigo, hasta ahí todo bien, dejamos las cosas y nos metimos de una a la piscina, típico adolescentes, ya estando en la piscina solo para nosotros ya que por esas fechas no iba gente, estaba vacío.
Entre piqueros y juegos uno dice y si jugamos a la pelota aquí adentro, no había pelota y nadie quería ir a buscar, jugando al cachipún de quien sería el afortunado en ir a buscar una, perdí yo y fui a buscar una, por los al rededores de la piscina había como un tipo de bodega donde estaban los filtros y bombas, ya después sabrán porque estoy tan experto en esos temas jejeje .
Bueno entré ahí y había de todo menos pelotas, abrí como un tipo armario y registrando me encontré con una bolsa azul, la abrí y para mi suerte en ella habían trajes de baños femeninos de varios tipos, mi sensación fue exquisita y las dejé ahí mismo y dije más tarde vengo por uno jejeje bueno ya que yo tengo ese gusto o fetishe por usar esa ropa, en secreto obvo ya que nadie sabe de mis gustos, aparento ser un tipo muy normal hetero pero en mi intimidad soy una hembra.
Regresando al relato no encontré pelota y les dije que no había y juan que era el sobrino del admin me dice “anda a pedirle a mi tío quizás en la casa tenga” así que partí para allá, la casa quedaba un poco retirada de la piscina como a la entrada del camping, al llegar allá estaba la puerta abierta pero tenía como otra puerta así como mosquitera, antes de decir aló miré y venía saliendo el tatita de una habitacion pero solo en slip.Y ahí dije aló y dijo salgo altiro, salió ya con un short y con camisa así de tata, le pregunté si tenía pelota y dijo que sí, que la buscaría, yo parado en la puerta y en eso sale la mamá de mi amigo de la misma habitación, roja entera y mojada con un vestido así de verano, sin sostenes ya que era de espalda descubierta y me dice y tú?. Le expliqué y llega el tío con la pelota y me fui, ya se habrán dado cuenta que algo pasaba ahí o no?. Bueno eso es para otra ocasión.
Ya pasando la tarde estaba entre oscuro y claro y se nos ocurre hacer una fogata, fueron a buscar palos, yo me quedé en la cabaña para fumar un cigarro y me acuerdo del tesoro que había escondido en la bodega, parto para allá, al llegar estaba el tata recogiendo una manguera con la que regaba el pasto y me dice “hola como la ha pasado”, nos pusimos a conversar y veo que apenas va con la manguera y le ofrecí mi ayuda, me dice “ya pu mejor, así no hago tanta fuerza que la manguera es pesada”, la metimos a esa bodega y antes de colgarla me dice “¿me puede hacer un favor?, que se me fue para arriba del techo el tuvo de la aspiradora y no lo alcanzo, yo le hago una banquita y usted lo toma, yapo, el tata me abraza como de las rodillas y me levanta quedando mi poto justo en su cara, en un instante sentí como su nariz entre mis nalgas, me hice el loco pero por dentro sentía esas cosquillas cuando sabes que va a pasar algo, al bajarme como que me resbala por el cuerpo sin dejar de abrazarme y siento su pene y ambos no quedamos quietos, yo giré la cara para atrás y nos quedamos mirando fijos y me dice no pesas nada, no, le digo, soy flaquito, lo único gordo que tengo es el poto, ya se dio cuenta o no. No mucho me dice, con ese short no se te nota, lo quiere ver mejor? y me bajo el short, yo uso bueno en ese tiempo usaba unos bóxer así cortos que me quedaban casi como pantaletas, el viejo me tira un agarrón y me gira, me planta el medio beso, nos corrimos mano y cuando estaba bajándole el pantalón sentimos que venían los niños y me dice “te salvaste pero podríamos seguir”, si le dije, apenas se pueda.
Continuará…
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