Amigos en las lacias y las duras

Hola soy Seba y llevo vida heterosexual pero siempre me han llamado la atención otros hombres. Me encanta ver los bultos por la calle, cuando hacen deporte y algún oficinista con pinta de actor porno.

Hace años tengo un grupo de amigos que hacemos trekking en el sur de Chile. Todos heteros con mina, algunos buen cuerpo, pero la amistad nos une y pasarla bien.

Yo soy alto, trigueño, algo peludo y con mi guata de chela de un wn de 30 años.

En una acampada pasó lo que quería que pasara. Comerme a Ricardo. Alto, blanco, pelo castaño, marcado. Un wn rico. Si bien es mi amigo, nunca he dejado de fantasear con él y más cuando me cuenta sobre el sexo con su novia y las cosas que le gustan.

Un día de acampada, tuvimos que compartir carpa, verano, lluvia en el sur, un camino agotador y ahí estaba yo durmiendo al lado de Ricardo. Entre el cansancio, el mal dormir y la lluvia que podía inundar la carpa, un wn caliente siempre se pone duro y más con el wn que le calienta durmiendo en el otro saco. Hace rato que lo sapeaba cuando se bañaba, cambiaba ropa, su cara durmiendo.

Yo inocentemente duro, durmiendo de lado, siento que se mueve y queda cucharita conmigo. Ctm !! No me atrevía a moverme, con tal de tenerlo detrás; el corazón me comenzó a palpitar y el pene más duro. Sabía que era sólo la suerte de quedar así, pero no quería que terminara. No solo fue la suerte, el tema que mi compadre se comenzó a poner duro y su blanco pico depilado rosaba mi culo, solo pensaba ¿Que esta pasando? Y no quería que terminara. Lo más probable es que fuera un erección nocturna que tenía que aprovechar, comencé a moverme como para no despertarlo, y más duro se mantenía, todo entre los sacos. 10 minutos después ya hacía frío y había un ambiente de humedad en la carpa y yo con mi imaginación a mil. Ricardo tose un poco y se despierta, yo haciéndome el dormido me quedo tal como estoy. No se qué pasó por su cabeza pero me dice: ¡Seba estamos haciendo cucharitas! Yo abro un ojo y le digo: ¡que te pasa weon!. Un silencio eterno y los dos sin moverse.

Ricardo rompe el hielo sureño y me vuelve hablar: te tengo cachado weon y ahora necesito un culo. No sabía si hacerme el ofendido, pero tan buen amigo es que respondí tirando la mano hacia atrás y agarrándole el pico.

Me bajó el saco hasta mis caderas y de lado siento su carne tibia en mi nalgas. Ya wn, te presto el culo, pero de esto no se habla más, y un beso de él me hizo saber que el trato estaba firmado, y buscó un condón en su mochila más rápido que el rayo que sonó de fondo, 15 segundos después ninguno tenía saco de dormir y yo estaba con mis rodillas en el pecho y él con su pico en mi culo, con voz de calentón le digo: agáchate wn, y le doy un beso de hombre a hombre, que sentí su cabeza entrar en mi cuerpo. No necesitamos mucho pre calentamiento, las cucharitas y todo lo anterior me tenían bien abierto y a él bien duro. Entre el beso, le digo: dale wn, pero bruto! Creo que eso lo calentó más, ya sentía su largo, ancho y cabezón trozo de carne dentro mío y sus rosados cocos rebotando en mis nalgas.

Sabía que no iba a durar mucho la acción pero quería que fuera intensa. Le dije nuevamente: te monto wn, me agarra del cuello para sacarme del piso y se tira en el suelo desordenado de la carpa. Apliqué todo la técnica de que entrara y saliera con mi ritmo agarrado de sus tetillas y guardando ese momento en memoria. Hasta que siento que levanta su pelvis y en mi interior un calor que pasaba el látex que recubría su cabeza sabrosa, no tuve más que acabar en su pecho mientras él cerraba sus ojos de placer. No se dijo más, hasta el día hoy.