Mi mayor anhelo

Hola, mi nombre es Eduardo y soy de Conce, tengo 25 años y les quiero compartir una de las mejores experiencias que he tenido hasta ahora, debo admitir que hasta antes de que me ocurriera lo que les relataré, siempre me consideré heterosexual, pero todo cambió cuando conocí a David, quien se convirtió en uno de mis mejores amigos, e inspiración de mis mejores pajas.

En cuanto conocí a David, él de inmediato llamó mi atención, en un principio por su físico, caracterizado por un cuerpo trabajado producto del gimnasio y un rostro muy atractivo, se solía dejar la barba y tiene unos ojos relajados que junto a su pelo desgreñado formaban una combinación que a mi me parecía tierna jaja, pero después también me atrajo por su genial personalidad, David es una persona muy afable, de fácil conversación, siempre con una sonrisa en su rostro y viéndole el lado positivo a todo.

En aquel entonces él tenía 22 años y yo 23 y con con el tiempo nos convertimos en amigos super cercanos, yo diría que fuimos mejores amigos aunque nunca nos definimos como tal, ambos solíamos ir a correr juntos y también nos acompañábamos al gimnasio, yo aprovechaba todas estas oportunidades para verlo con poca ropa y observar su precioso trasero y su inmenso paquete que ufff me ponía a mil, en ese entonces todos estos pensamientos me abrumaban, me sentía un poco culposo por pensar en otro hombre de esa forma, pero la verdad es que me encantaba pasar tiempo con David, y al final resolví que lo mejor era simplemente aceptar lo que sentía y disfrutar lo más posible, si al final en mirar y sentir no hay nada malo, además pensaba que no había ninguna posibilidad de que pasara algo entre él y yo, por lo que nunca cruzaría esa línea.

Recuerdo una ocasión después del gimnasio, en la cual tras terminar de ejercitarnos nos fuimos a los vestidores y cuando él se bajó el short y quedó solo en bóxer mi pene reaccionó de inmediato y se me puso durísimo, miraba su paquete y lo único que quería era agacharme y tocar ese exquisito pico, pero no podía, no solo porque habían más hombres presentes, sino porque David era mi amigo y además hetero, cualquier intento destruiría nuestra amistad y yo perdería la oportunidad de seguir deleitándome con su cuerpo, aquella noche antes de dormirme me hice una de las pajas más ricas que recuerdo, pensaba en David, en su cuerpo y su pico, y tocaba el mío, frotaba todo mi pene, pero principalmente el glande, intenté alargar el momento pero la imagen de mi amigo no me lo permitió y acabé antes de lo que quise, pero con un orgasmo que me dejó tiritando.

Nuestra relación seguía avanzando, cada vez había más confianza entre nosotros, y la idea de que algo más pasara se empezaba a hacer presente en mis pensamientos, a veces pensaba que sí existía una pequeña posibilidad, pero luego recordaba que David era el pololo de una de mis amigas, de hecho nos conocimos cuando ella nos presentó, por lo que al final siempre concluía que lo mejor era no seguir fantaseando al respecto y conformarme simplemente con dormir de vez en cuando a su lado, teniendo siempre en mente que verlo con poca ropa era lo máximo a lo que podía aspirar.

Como ya les adelanté, a veces dormíamos juntos, nuestra amistad había alcanzado tal nivel de confianza y cercanía que era habitual pasar las noches juntos en su casa o la mía, y cada vez que dormíamos en la misma cama yo lo disfrutaba mucho, me gustaba saber que teníamos ese nivel de intimidad, y de alguna forma eso me hacía sentir especial jaja, por otro lado también era una especie de tortura el tenerlo tan cerca, y saber que tras esa ropa de cama se encontraba el cuerpo de mi amigo cubierto solo por sus bóxer, y yo al lado solo pudiendo mirarlo mientras dormía, la tentación era grande pero nunca intenté nada.

Una noche de sábado, tras terminar de jugar play, nos pusimos a ver que estaban dando en la tele, mientras cambiaba de canal buscando algo bueno para ver, paso por uno de esos típicos canales porno y David me dijo que la dejara en aquel canal, ambos estábamos solo en boxers sobre la cama, así solíamos dormir ya que considerábamos no tenía nada de malo si ambos éramos hombres (no homo), era nuestra primera vez viendo porno juntos, la película empezó a ponerse más candente y no pude evitar voltear mis ojos para mirar a mi amigo, al hacerlo veo como posa su mano encima de su bóxer, se notaba excitado, él se voltea a mirarme y me dice que por qué no nos hacemos una paja, que se había calentado con la película y necesitaba botar la calentura, yo solo asentí con mi cabeza, tras lo cual se saca todo su bóxer quedando completamente desnudo, uffff nunca voy a olvidar esa imagen de David, primera vez que lo veía desnudo y era mejor de lo que imaginaba, su pene era precioso, blanco y de cabeza rosadita, grande pero sobre todo grueso, yo ya estaba a mil y mi bóxer estaba que explotaba, David empezó su paja y tras unos segundos me dice: ya po Edu no me dejes pajeándome solo, llevo un rato ya y tú nada, así que cedí a su petición y también quedé desnudo y me propuse a disfrutar el momento, era una de las situaciones más eróticas que había vivido hasta entonces, ver a mi amigo pajeándose era como un sueño, y escuchar su respiración y gemidos eran algo que hacía todo más caliente, la verdad es que no puse atención en la película, David la acaparaba toda, intentaba ser disimulado, pero no estoy seguro de haberlo logrado, tras finalizar nuestra paja David me confesó que se pajeaba todas las noches, a veces más de una vez, y que le daba vergüenza decirme que quería hacerse una paja cuando dormíamos juntos, ya que no sabía como yo reaccionaría, yo le confesé que también me pajeaba mucho, aunque claro, no le comenté que él era la inspiración para la mayoría de mis sesiones de auto-placer. Tras esa noche todas las otras noches que pasábamos juntos incluían una paja, y yo siempre terminaba con unos orgasmos inmensos, mejores que todos los que había tenido tras tener sexo con una mujer.

Ya llevábamos como 2 meses con nuestras pajas cuando un sábado David se iba a quedar solo en su casa ya que sus padres irían al campo de la familia, pero David prefirió quedarse y me invitó a pasar aquella noche con él, luego de horas jugando play me dice que nos durmamos, lo que a esas alturas ya era un sinónimo de “pajiémonos”, nos acomodamos, nos quitamos la ropa y él puso una película porno para calentar el ambiente y nos pusimos manos a la obra, como siempre, yo solo debía conformarme con ver como él se tocaba y observar como su pene se ponía más y más húmedo hasta llegar al orgasmo, pero tras tantas sesiones de paja ya no quería seguir conformándome con mirar, así que me armé de valor y procedí:

—David… ¿Te pajeo yo? —le pregunté nervioso y con una voz algo temblorosa.

Él me miró sorprendido y pausó su mano, los nervios me estaban quemando por dentro, me decía a mi mismo: Por qué le preguntaste eso, arruinaste todo!! pero no fue así, de su boca salieron palabras que lo cambiarían todo…

—¿Por qué no me la mamas mejor? —me dijo con una leve sonrisa en su rostro.

No necesitaba escuchar más, así que me agaché y quedé frente a su precioso pene, era mi primera vez mamando uno, pero en mi interior sentía que sabía bien como hacerlo, partí por su cabeza rosada, la cual brillaba producto de la excitación acumulada, la lamí suavemente al principio, quería grabarme el sabor de mi amigo en mi mente, jugué un poco con ella, miré hacia arriba y pude ver como David me miraba muy concentrado, sus grandes ojos y su boca un poco abierta delataban su sorpresa y excitación, sentí un poco de vergüenza pero no me detuve, por el contrario, se la empecé a chupar con más ganas, con mis manos rodeé su pene y lo empecé a pajear mientras que con mi boca cubrí su glande para al mismo tiempo chupárselo, con mi lengua y labios quería transmitirle que lo que le estaba haciéndole era algo que anhelaba hace mucho tiempo, ufff que rico, decía David, no pares porfa… yo obedientemente seguía, podía sentir como ese sabor salado salía y salía del pene de mi amigo, yo estaba en éxtasis, pero quería probar más, así que retiré mis manos de su pene y procedí a tragar todo lo que pude, llegué como hasta la mitad cuando una arcada me detuvo y tuve que sacar toda su pico de mi boca, escuché a David soltar una pequeña risa, tras lo cual pone su mano en mi cabello y lo acaricia, lo miro y veo su cara de excitación y felicidad, aquello me hacía sentir que lo estaba haciendo bien así que volví a intentar meterme todo su pico, pero al final nunca lo logré, siempre llegaba hasta la mitad, su inmensa herramienta era demasiado para mi primeriza boca, pero David parecía comprenderlo y solo se dedicaba a acariciarme el pelo y decirme que lo hacía muy rico y que por favor no parara. Estuvimos así unos 10 minutos, cuando siento que su respiración se agita, sus gemidos se vuelven más frecuentes y sus caricias más bruscas.

— Me vengo Edu! —me advirtió mi amigo para que me saliera de su pene, pero después de tan arduo trabajo no iba a desperdiciar mi premio, así que seguí chupando con mayor intensidad hasta que su pene me entregó esa recompensa que tanto quería, su leche llenó mi boca, su sabor era delicioso, el cuerpo de David se retorcía de placer y sus gemidos eran de placer puro, yo retuve todo su semen en mi boca y lo volví a escupir sobre su pene para volver a chupárselo, recogí su semen nuevamente y me lo tragué, luego con mi lengua me aseguré de que nada de su leche quedase en la herramienta de mi amigo, yo estaba en una especie de trance de toda la excitación que sentía, más que pensar, sentía que me movía por instinto, tras terminar David toma mi pene y me masturba, sentir el calor de su mano fue suficiente para hacerme llegar al orgasmo.

Ambos estábamos satisfechos pero agotados, así que no tardamos en dormirnos, a la mañana siguiente no hablamos del tema, y yo me fui a mi casa con una sensación extraña, no sabía si lo que había ocurrido había sido bueno o malo para nuestra amistad, con el pasar de los días me di cuenta de que algo había cambiado, David y yo nos alejamos, hablábamos con poca frecuencia por whatsapp y él ponía excusas para no juntarse conmigo, yo no sabía que hacer, estaba inmensamente deprimido, quería llamarlo y decirle que lo sentía, que todo fue mi culpa, pero que nunca volvería a ocurrir, y que por favor volviésemos a ser como antes, pero el miedo a una respuesta negativa me frenaba.

Ya habían pasado como dos semanas desde aquella noche y casi ni hablábamos, de hecho hace ya 5 días le había enviado un mensaje, y él solo me dejó el visto, ya estaba por perder toda esperanza, hasta que una tarde yo estaba en mi habitación y de pronto vibra mi celular, era un mensaje de él, mi corazón se aceleró y el estómago se me apretó, no quería mirar el mensaje por miedo a lo que podía decir, pero sabía que eventualmente tenía que hacerlo así que desbloqueé el celular y lo leí…

“Edu, lo siento por no escribirte en tantos días, lo de aquella noche fue muy loco, y la verdad es que el recuerdo de lo que pasó no me deja tranquilo, no sé si nuestra amistad pueda volver a ser como era, siento que cruzamos la línea y no hay vuelta atrás, pero la verdad es que aquella noche cumplí una fantasía, desde hace mucho que lo deseaba, y ahora no puedo parar de pensar en repetir lo de esa noche y hacer incluso más cosas”

Su mensaje me dejó atónito, David se sentía de la misma forma que yo, y lo único que quería era dar el paso siguiente, no me importó nada, ni siquiera su polola, solo pensaba en volver a estar con él, lo que sentía no lo había sentido nunca por nadie y la verdad es que no quería hacer caso omiso a mis sentimientos…. y calentura.

Le respondí el mensaje diciéndole que sentía lo mismo y que solo quería volver a estar con él, que cuando nos podríamos juntar, me respondió que mañana en la noche estaría solo, que llegase como a las 9 PM, estuve todo el resto del día y el día siguiente pensando en lo que pasaría, la espera fue larga y tortuosa, anduve caliente todo el lapso de tiempo entre el mensaje y mi ida a su casa, antes de ir me duché y preparé, iba nervioso pero caliente, al llegar a su casa me hace pasar y en cuanto se cerró la puerta nos quedamos frente a frente mirándonos, le digo David… pero no me deja terminar, se acerca a mi y me toma de la cintura para acercarme a él y besarme, fue el beso más apasionado que había dado hasta entonces, en sus labios podía sentir la calentura de mi amigo, y el roce de nuestros penes a través de los pantalones evidenciaban lo mucho que ambos anhelábamos aquel momento, subimos a su habitación y nos quitamos la ropa, se tiró encima de la cama y me dice, dale, igual que la otra vez, me arrodillo a sus pies y pongo mi cabeza entre sus velludos muslos, acerco mi boca y con ella recorro su pico desde su base hasta su glande, él cual ya estaba mojado, me encantaba saber que yo lo ponía así, que yo podía causar todo eso en un hombre, pasé mi lengua por su cabeza y la devoré con ganas, la recorrí mil veces y luego pasé al tronco, subí y bajé por él hasta que me decidí a probar sus bolas, las cuales tenían un poco de sabor a sudor que me encantó, las lamí y chupé, él se quejaba y me decía que le encantaba, que por favor siguiera, luego volví a recorrer su pene hasta llegar a su glande, lo cubrí con mi boca y luego metí lo más que pude de su pico en mi boca, creo que esta vez logré metérmelo un poco más, pero su pene seguía siendo demasiado para mi inexperta boca, pero de todas formas David disfrutaba muchísimo, esta vez volvió a posar sus manos sobre mi cabeza, pero no solo para acariciar mi cabello sino que para hacer presión sobre ella también, me empujaba la cabeza para metérmelo más, me daban muchas arcadas pero me aguantaba, no quería que dejara de satisfacerse conmigo, estuvimos varios minutos así, hasta que me detiene y me dice “ven” y me hace subirme encima de él, nuestras bocas quedaron juntas y nos volvimos a besar, mi entrada quedó a merced de su pene, que rozaba constantemente mi ano y lo humedecía con mi saliva y su líquido preseminal, era primera vez que me estimulaban esa zona y la verdad es que estaba en el cielo, el puro roce me hacía disfrutar inmensamente y pensar en tenerlo en mi interior me volvía loco, yo movía mi cadera para que mi hoyo hiciese presión sobre su herramienta, y mi pene mojaba su abdomen de lo húmedo que estaba.

—Date vuelta Edu —me pidió entre suspiros— yo lo hice y mi húmedo ano quedó a disposición de su boca, la sola idea de pensar en lo que haría me hacía temblar y teñía mis mejillas de rubor, sentía un poco de pudor por dejarle que me comiera el ano, pero por ningún motivo lo iba a detener, en el momento en que sentí su lengua me estremecí, arqueé mi espalda y gemí, quería hacerle saber que lo estaba disfrutando, y que después de eso dejaría que él hiciera lo que quisiese conmigo, sentía como su lengua recorría mi entrada, al mirar hacía atrás podía ver como su cara estaba hundida entre mis nalgas, y no pude evitar mover un poco mi cadera para sentir mejor el picor de su barba. Luego volví mi mirada el frente y me agaché para devorar su pene, me encantó esa posición, mi boca quedaba directo encima de su pene, y por fin pude tragármelo entero, su pico follaba mi boca y mi saliva caía alrededor de su pubis, tras unos minutos así le pedí que me follara, necesitaba sentirlo dentro mío, mi petición parece que lo calentó más, si es que eso era posible, me acomodé para sentarme encima de él y poder mirarlo mientras su pene se acomodaba en mi entrada, la frotó unos instantes y luego procedió a empujar, yo tiraba mi culo hacia atrás, estaba deseoso de sentirlo, sentí algo de dolor al principio, y eso que aún no había entrado nada, mi cara debió demostrarlo por que David me acercó a él para darme unos besitos cortos, me dijo -Tranquilo, ya va a pasar- mientras sujetaba mi nuca y dio un empujón más brusco que los anteriores, con él había logrado entrar la cabeza, di un grito pero lo calló con unos nuevos besos, después de ello le dije que me dolía pero que por favor no parara, él asintió con la cabeza y continuó, tras un tiempo que me pareció muy largo por fin tenía todo su pene dentro de mí, se sentía raro tenerlo dentro, pero era una sensación que me gustaba, a pesar del dolor podía sentir que algo en mi estimulaba y que pronto solo sentiría placer, David empezó a moverse lentamente, me encantaba mirarlo, sus ojos demostraban lo mucho que lo estaba disfrutando, tras unos minutos ya no era él el único que se movía, sino que yo también me movía con ganas, me encantaba cuando sacaba su pene y sentía un vacío que prontamente era llenado por el pico de mi amigo, ambos gemíamos de placer, y en aquel instante supe que no me podría conformar con una única vez, que necesitaría repetir esa experiencia mil veces más, y esperaba que David sintiese lo mismo.

Mi pene se mantuvo duro en todo momento y rebotaba en el abdomen de mi amigo dejándolo húmedo por toda la excitación que sentía, en ningún momento lo quise tocar ya que sabía que no tardaría en explotar, de pronto David me acerca a él y me besa más apasionadamente que antes, aunque también de una forma más torpe, noté que sus movimientos se volvieron más rápidos y fuertes, el sonido de nuestros cuerpos tocándose y nuestros gemidos invadían toda la habitación, David ya no aguantaría mucho y al parecer quería que nos fuésemos juntos, por lo que con su mano rodeó mi pene y lo empezó a pajear, mi tiré hacia atrás y me dediqué solo a sentir placer, cuando de pronto me derramo en su abdomen, mi eyaculación fue muy abundante, mi espeso semen le llegó hasta el cuello, y con mi orgasmo apreté mi culo lo que hizo que David se corriese en mi interior, nuevamente me había dado esa maravillosa recompensa, al placer carnal se sumaba el de haber conseguido que mi amigo llegase al orgasmo.

Aún encima de él lo miro a los ojos, ambos nos quedamos en silencio unos instantes hasta que decidí bajarme de él y tirarme a su lado, David se voltea y me besa el cuello y pasa su brazo por encima mío para abrazarme.

—No sé que hacer —me dice con un tono triste.

Yo me volteo y nuestras miradas se juntan.

—Yo tampoco —me demoré en responder.

Tras esas palabras se acerca a mi rostro hasta que nuestras narices estuvieron a punto de rozarse.

—Pero si sé lo que quiero —me dice—… sé que está mal… pero también sé que quiero repetir lo que acabamos de hacer…

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8 Comentarios

  • Anónimo
    mayo 3, 2025 a las 9:06 pm

    Que rico todo ! Que pasó?

  • Seba
    mayo 4, 2025 a las 12:24 am

    Buen relato 🥵🥵 Solo más ojo con la puntuación, pls.

  • Anónimo
    mayo 4, 2025 a las 3:24 am

    Yyyyyy …..
    que mas pasó ??

  • Anónimo
    mayo 4, 2025 a las 2:38 pm

    Ohhh estuvo muy buenisimo! Cuenta más experiencia 💯

  • Ignaciomilitar
    mayo 5, 2025 a las 1:38 pm

    Pero que maravilla de relato. Todo muy rico y con muchos detalles. La mejor paja que me pegue de hace unos meses.
    Sigue contando más!!

  • Anónimo
    mayo 6, 2025 a las 2:37 am

    Segunda parteeeeeeee

  • R
    mayo 8, 2025 a las 10:48 am

    Qué buena.. Y antes de q se lanzara no habías notado indicios?

  • Dylan
    mayo 18, 2025 a las 10:23 pm

    Uno de los mejores relatos que he leído

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