Compañero de clase

Llevo siendo amigo de Daniel toda la vida, siempre nos habíamos llevado bien aunque él fuera el típico pasota y malote del salón, se le daban bien los deportes y no le gustaba estudiar. Él era alto, practicaba y era bastante popular. Éramos amigos pero tampoco nos juntábamos mucho hasta que un día, nuestro tutor nos cambió los sitios en clase y me sentó con él. A Daniel nunca le había visto como algo más que un amigo, al principio hablábamos del instituto pero las conversaciones acabaron siendo de todo tipo, un día me preguntó que por qué no me apuntaba a natación, inmediatamente yo me reí porque era lo último que tenía pensado hacer.

– Ahora se están apuntando jóvenes nuevos de nuestra edad, podrías venir a probar – dijo Daniel.
– Sí, sí, llevo huyendo de los malotes deportistas para ahora ir y ponermo delante de ellos con un bañador cortito que se marca todo el paquete – dije
– Sí, pues el bañador es lo de menos, que en el vestuario nos cambiamos todos juntos, antes de verte en bañador ya le habrás enseñado el rabo a todos – dijo él.

No supe qué contestar pero me puse cachondo pensando todos los chicos desnudos en el vestuario mojados después de salir del agua. En un momento le miré el paquete a Daniel, que no se lo había mirado nunca antes, y una de dos, o la tenía muy grande sin empalmar o estaba más caliente que yo.

Un par de días más tarde, yo le confesé que era bi y que incluso había estado con algún hombre, él me llamó cabrón por no haberle dicho nada. Él me dijo que también había estado con alguna chica pero tenía un interés que no entendía hacia los hombres.
Tuvimos algunas conversaciones en clase donde hablamos de cosas que me excitaban. Me estuvo diciendo cómo la tenían los chicos del instituto con los que compartía vestuario en natación o hablábamos de películas porno que habíamos visto.

Daniel un día trajo un nuevo pantalón de chándal gris y me dijo que se había cogido una talla menos para marcar culo, ya que tenía. Yo le dije que no solo le hacía buen culo sino que también se le marcaba un bulto increíble y él se rió. Me pregunté que cómo sería si se empalmase con ese pantalón y yo lo quería comprobar. Empecé a contarle cómo fue mi primera vez con un hombre, al principio estaba normal pero empecé a entrar en detalles y se empezó a calentar.
– Con la tontería hemos hablado de los rabos de todos los chicos de la clase menos de los nuestros – dijo Daniel.
– No si ya, se ve que tú la tienes grande porque desde aquí se te ve un tremendo paquete – contesté mientras no disimulaba que le estaba mirando el paquete.
– Normal, con las guarradas que me hablas en clase me pongo cachondísimo – dijo Daniel mientras se agarraba el paquete.

En ese momento tocó el timbre y ya era hora de irnos a nuestra casa.
Daniel me dijo que no le dejase con la calentura y le invité a que viniera a mi casa.

Cuando llegamos a mi casa fuimos directamente a mi habitación, Daniel se quitó la camiseta y se me hizo la boca agua, por primera vez, con Daniel, tenía un cuerpo atlético y fibrado pero su gran paquete llamaba toda la atención. Me cogió del cuello y me empezó a besar, nos tumbamos en la cama y sentía su rabo duro pegado a mi paquete que estaba creciendo.
Nos quitamos toda la ropa y dejó ver su rabo que no decepcionó mis expectativas.
– Decías que los chicos de la clase la tenían grande pero tú la tienes más grande aún – le dije mientras me besaba el cuello.
– Como si la tuya se quedase corta – dijo e inmediatamente me agarró el paquete.

Me tumbó en la cama y empezó a hacerme una paja mientras me besaba los pezones, cuando estaba a punto de correrme se metió mi rabo a la boca y me corrí dentro de él mientras gemía. Él se lo tragó todo y después me besaba aún con el sabor. semen en su boca. Después me sentó encima suya y empecé a saltar encima suya, cuando le quedaba poco para venirse me puso a cuatro y me empezó a dar duro y fuerte hasta que se acabó corriendo dentro mía.