El paciente

Hola, soy Tens, trabajo en las ambulancias de urgencia. Todo parte cuando tengo turno y llegó un carabinero que venía pal loli con dolor de cabeza. Había estado carreteando toda la noche, tenía guardia de día y estaba mal. Me dice si le puedo inyectarle algo en la ambulancia.
Yo ya tenía unas conversaciones previas con él. La primera vez buena onda, él es un carabinero de 1.80, moreno y bien guapo de carita, muy guapo, pero nunca lo miré con otros ojos; yo soy hetero. Y ese día, no sé qué pasó, y le digo que sí, que puedo pincharlo y ponerle el medicamento para calmar su dolor. Todo bien, sube a la ambulancia y cuando empieza a desprenderse de sus accesorios de carabinero y se desabrocha el pantalón, vi sus boxer gris con unas figuritas de americaninos. Quedé plop. Se acuesta y tenía unos glúteos que me dieron cositas en mi pene.

Y después que lo pinché, lo veo como se acomodó su ropa, sus boxer, y se acomodó el pene. Yo solo miraba con ganas de saber más de eso que miraba. Se arregló y me dijo: «Gracias, no me dolió». Y yo le dije: «Qué bueno». Y nos bajamos de la ambulancia y nos pusimos a hablar con él y su colega. Su colega fue al baño y quedamos solos, y surgieron conversas de sexo y curiosidades. Yo le contaba que una vez hice un trío y me hizo preguntas de eso. Y yo le dije que igual me gustaba disfrutar del placer más que solo con la mina, y le conté todo con detalles. Igual, el Paco, muy rico, nada que decir. Y le dije de la nada en la conversación que me gustaría probar el semen. Y de la nada me dijo: «Por qué no me dijiste, hubiese probado cuando estábamos en la ambulancia solos». Y le dije: «¿De verdad?» y me dijo que sí.

Pero le di la oportunidad de que se pinche de mentira, solo para que su colega lo espere y hablamos con él. Aceptó que le pincharan otro medicamento, que eso era mentira. Se subió y yo, caliente, no pude desabrocharle la ropa con tanta cosa, y él lo hizo. Se bajó los pantalones y quedó en los boxer gris. Lo empecé a tocar y le bajé los boxer; estaba todo depilado y con una verga de 16 cm dormida. Lo empecé a tocar y me pescó de la cabeza y le di la primera chupada. Y empezó a gemir rico, le salía rico, no podía creer lo que estaba pasando. Le olí sus coquitos, olor a macho rico, y su pene no era tan grande, unos 16 cm erecto, pero flaquito. Y en esa me empieza a tocar mi pene y me dice: «Qué rico tienes tu pene, lo tienes grande y cabezón». Me masturbó y estábamos muy caliente ambos. Le dije: «¿Cuánto te falta para botar leche?» y me dijo: «Sigue, ya voy», mientras me tocaba mi pene. Y en un segundo se vino; no botó mucho, pero me gustó y quedé caliente.

Así que, como no tenía tiempo y tenía que bajar ya que lo esperaban así que se vistió. Nunca pensé que algo así pasaría, ya que él es hetero y yo igual, probamos algo nuevo y estuvo rico. Quedamos en contacto y me dijo que fuera un día para su casa. Me mandó su dirección y me la jugué y fui. Se volvió a repetir, pero esta vez estaba de civil y andaba con unos boxer Kaiser con figuras. Le chupé su pene y esta vez estaba más grande y pude disfrutar más, y él igual. Nos dimos unos besos, acabamos y botó mucha más leche.

Con el tiempo, de una semana, le hablo y le pregunto si está de turno. Y me dice: «Perro, no podemos seguir así». Y le digo: «¿Así cómo?» Y me dice que está todo el día pensando en mí, y que no sabe lo que le pasó pero le gustó, y no quiere estar más así. Y yo le dije: «No te quiero como pareja, yo tengo a mí señora, y tú tienes la tuya. Es solo sacar las ganas y algo rico, y era». Pero le dije: «Estás complicando las cosas, así que loko, hasta aquí llega todo. Y si quieres algo, ya sabes dónde encontrarme y tienes mi número». «Oka, gracias», me dice, «te hablaré».

Y eso, somos los dos heteros, se dio algo y fue rico, pero siento que no por eso somos gay.