Relatos eróticos Militar/Uniformados
Todo por el corte de pelo
Antes de pandemia estaba viviendo en Valparaíso y hacía clases en un colegio bien estricto (la mayoría de los alumnos eran hijos de marino) a tal nivel de que los profesores deben dar el ejemplo hasta en el aspecto: afeitados, pelo corto y de terno era esencial para ir a…
Aventuras con un marino – Parte II
Esa mañana, me levanté feliz pues tenía un mensaje de Martín….. y esperaba que las cosas se dieran para estar con él de nuevo. Me había encantado lo vivido con él, la suave forma de culiarme pero sobre todo él, su cuerpo, su olor, todo!!! hasta la forma que hablaba…
Aventuras con un marino – Parte I
Holaaa… Me gustan muchos estos relatos, especialmente el del profe. Eso me animó a contar mi historia. En el año 2001, yo había cumplido recién 18 años… Y mi mejor amiga, de toda la vida, mi hermana, se fue a vivir a Valparaíso. Así que terminado el primer semestre de…
Con el Marino
Se que es una lata empezar así porque casi todos escriben lo mismo, pero es verdad, estuve mucho rato pensando si escribir, si no, si lo hacía mal y todo, pero me decidí y me gustaría contar una experiencia que ocurrió cuando entré a la universidad el año pasado, yo…
El profe y el milico
Buenas esto pasó hace 7 años, actualmente tengo 29, yo estaba en formación para ser militar, estaba en mi último año, y recién había aceptado mi orientación sexual, y por lo mismo me había determinado a experimentar lo más posible ese lado de mi sexualidad, por lo que en algunas…
El cadete de la Escuela Militar
Primero que todo saludar a cada seguidor y lector de esta página y en especial un abrazo grande al administrador por mantener viva estas lecturas hot. Lo que contaré es totalmente real, sin pensar en el final y hasta el día de hoy lo que ocurriría. Esto comienza hace 3…
Uno de cuarentena
9:45 pm- mierda!El toque de queda comenzó a las 9, me movía rápido y ya estaba agitado, más agitado de lo que estuve hace 30 minutos. 9:50 pm- y aún me quedan 20 minutos para llegar a casa -mierda! Mierda! Mierda! – me repetía en la cabeza metiéndome por calles…