Con el abogado
Hola amigos… Les quería contar una historia que viví hace pocos días. Soy Hernán, tengo 27 años y la verdad, soy bien guapo. Bonita cara, bonito todo. Sobre todo, bonita mi actitud, eso es lo que más define a una persona.
Resulta, que un amigo me pidió que declarara en un juicio como su testigo, y antes de esa instancia hay otra previa que es de preparación. Me citaron a la oficina del abogado a tal hora y ahí estaba yo.
Llego a la oficina, que era la casa del abogado. Al lado tenía su consulta privada, así que todo bien.
Nada hacía presagiar que no saldría igual que como entré. Le hablo por WhatsApp diciéndole que estoy afuera, y sale un tremendo mino, alto, blanco, aspecto de mino modelo, de revista, pelo clarito, largo hasta la oreja, con un lenguaje formal me saluda y me extiende la mano. Que hermosas manos, dedos bien cuidados, largos y finos. Hermoso.
Yo soy súper cola, pero bien varonil, por lo que sé comportarme en sociedad. La cosa es que pasamos a su despacho, me senté en el sillón y él en el otro, como si fuera el psicólogo, y comenzamos a hablar del caso, lo que iba a ocurrir, me contó lo que me iban a preguntar y como debía hablar, una verdadera preparación. Él se tocaba el pelo, tenía las piernas cruzadas, vestía un pantalón recto de color caqui y una camisa, estaba con una chaqueta encima, por lo que se veía bien vestido, muy guapo. Se tocaba el pelo y me miraba. Yo me dije: me está coqueteando… Así que seguí el juego, muy varonil pero agarrando lo que yo creía, eran sus insinuaciones. Luego de cortos 20 minutos, la entrevista terminó y me despide. Me pongo de pie y me acerco a darle la mano y a darle las gracias.
Se da vuelta a su escritorio y me pasa una tarjeta, ahí estaba su correo y su teléfono (Aún usa tarjeta, lo encontré demasiado vintage)
Y me dice: para que me llames si algún día te metes en problemas.
Le digo: vivo en problemas, de hecho ahora estoy en uno.
Me dice: si, en cual?
Le digo: no sé si besarte ahora o esperar unos días más.
Él me mira sorprendido, sonríe. Se acerca un poco más y toma la chapa de la puerta. Entendí que la había cagado. La abre e inmediatamente la cierra y me dice:
-Mejor le pongo seguro, para que no te escapes.
Y yo empecé a gritar por dentro. Cayó, me dije. Me toma de la cintura y me da un beso increíble. Creo que me reseteó el cerebro con solo el beso. Suave, largo, cálido, húmedo, caliente… me abrazo fuerte y me apegó a él. Yo me colgué de su cuello y me dejé llevar. Lo empujé un poco al escritorio y se apoyó en el, yo me pegué más a su cuerpo y seguimos besándonos. Empiezo a besarle el cuello, las orejas, me devuelvo al cuello y empiezo a sacar la chaqueta, él me ayuda y se saca la camisa del pantalón, por lo que comienzo rápidamente a desabrochar el pantalón y me agacho. Abro el pantalón sin bajarlo y empiezo a pasar mi nariz y mi boca por su paquete. Tenía buen paquete y estaba poniéndose muy duro. Andaba con un bóxer color limón, tenía rico olor, a limpio y con mi boca empiezo a jugar con su boxer, pasando la lengua hasta que lo tomo con la mano y lo libero de su prisión. Era un pico rico, muy marcado, blanco pero tenía el forro muy suelto, empiezo a pajearlo y ya estaba lubricado, me lo llevo a la boca y empiezo a hacer mi mejor mamada. El me toma de la cabeza y empieza a empujar, me lo termino tragando todo. Me mandé las medias arcadas, pues me rozaba la campanilla, pero eso no impidió que mi garganta se dilatara. Me saco su pico de la boca, comienzo a chupar las bolas, estaba depilado completo, peladito, tal como me gustan, así que era una verdadera delicia chupar bolas y pico. Le paso la lengua por debajo de los cocos, llegando al nuezni. Me devuelvo y sigo con la mamada feroz. Lo hacía rápido y lo sacaba para respirar (soy experto chupando pico intensamente). El se comienza a desabrochar la camisa y puedo ver todo su cuerpo, delgado, sin pelos, bien tonificado, estaba marcado y lo mejor, se le marcaban los oblicuos. Uffffff….. que rico era mirar esos músculos marcados y definidos.
Luego me agarra de la cabeza y me para, me da vuelta y rápidamente me quita el pantalón, yo me saco todo bien rápido y pongo mis manos en el escritorio, parando bien el culo, el se agacha y me separa la raja, me lanza un escupo (ayyyyy) y me empieza a chupar el culo, lo hacía muy rico, lamia y escupía, me tenía bien mojadito el culo, y yo solo abría más las piernas y con una mano me abría los cachetes. Que deliciaaaaaa!!!!!
-Te lo quiero meter me dice. Andas con condon?
-Obvio su señoría, le digo con mi mejor voz de perra buena pal pico.
Abro mi mochila y saco un condón, lo rompo con la boca y se lo paso, él se lo pone y se pajea. Luego me acomoda y apunta. Uuffffd….. me ardía el hoyo, sentía un dolor punzante, pero rico. Yo me hice más adelante en el escritorio y levanté más mi pelvis, abrí las piernas y levanté una. El me la tomó y lo metió profundo. Rápidamente empezó a moverse, no fue muy considerado con mi hoyito pero la verdad, lo estaba disfrutando mucho. Me lo metía y lo sacaba, llegaba a la punta y lo metía de nuevo hasta el fondo, me daba rápido y lo sacaba completo, metiéndolo de nuevo lentito y después rápido.
Yo gemía, y eso parece que más lo calentaba. En un momento me dice: dime señoría de nuevo putito.
-Ay señoría, me encanta su pico.
-Siga su señoría, métamelo todo. Y cosas así.
El se ponía como súper caliente cuando le decía eso y me daba con más fuerza. Luego, ocurre algo maravilloso. Lo saca y se acerca al escritorio y con una mano mueve las cosas hacia un lado, me sube al escritorio y me acuesto de espaldas, el me lo mete de frente, tomando mis piernas en el aire y comienza a darme de nuevo, esta vez, muy profundo y furioso. Yo lo miraba, su boca, sus sonidos, su respiración agitada, era un verdadero espectáculo, además, era muy rico, y tenía un exquisito cuerpo.
Yo levanto más mi cabeza y él me toma de la cintura apegándome a él, yo cruzo mis piernas en su poto y lo aprieto a mi cuerpo. Me da unos minutos más y me dice:
-Me voy.
-Dele su señoría, váyase adentro, para sentir su pico deslechando.
El abogado me extiende las piernas, y comienzo a sentir que su pico se hinchó más y que está palpitando en mi hoyo. En eso lo saca, se saca el condon, y me echa la leche en el hoyo, empieza a jugar en mi hoyito y me deposita los restos de su leche cremosa en la raja. Que rica sensación.
Yo bajo mis piernas cuando él se corre y me empiezo a pajear frente a el, en eso me toma el pico y me dice:
-Yo te saco la leche.
Me pajea rico y se agacha un poco, se lo mete a la boca, en la punta, no lo hacía bien, pero me bastó sentir sus labios en mi pico para lanzar toda la leche acumulada. Le llene la cara de mi leche. Ooohhhh, Csm, que se veía rico ese weon. Me lo grabé en la mente. Luego, saca unas toallas húmedas de un cajón y nos limpiamos. Me vestí y me despido. Antes de salir, le doy las gracias por el rico encuentro. Me dice:
-No, gracias a ti. Estuviste increíble.
-Gracias, le digo. Tu también. Llámame.
-Sí, hablando de eso, el miércoles tienes que estar a las 09.00 horas.
-Verdad, le digo. No hay problema.
Ese día miércoles lo vi en el tribunal. Serio, guapo, rico. Me costó mucho concentrarme al declarar, al verlo, él me miraba y en dos ocasiones sonrío. Al salir de ahí, me fui y después de un rato, como de dos horas, recibí un mensaje de él, diciendo:
-Cuando quieras, vienes a mi oficina de nuevo. De preferencia después de las 16.00 horas.
Así que me estoy agarrando a un rico abogado, Puta que he disfrutado esos encuentros.
Saludos chiquillos.
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