El Celular – Parte IV
El pendejo estaba frente a mí.
-Eres más bonito de lo que pensaba- me dice con una sonrisa en la cara. Le estiro mi mano y le devuelvo el saludo, y noto que aún sigue húmeda. Todavía estaba en toalla y no terminaba de bañarme.
-Eeeeh, si me esperas un poco conversamos sobre lo del teléfono- me estaba poniendo rojo. Sus largas piernas con fino vello me tenían hipnotizado. Tanto ver vídeos de él y ahora tenerlo frente a mí, me generaba una explosión de emociones que no había experimentado nunca.
-Me llamo Javier- me dice clavando su mirada a la toalla.
-Nicolás- intento de sonreírle. Le dije mi nombre.
Le prendo la tele y le paso el control. Él no dejaba de observarme. Me doy vuelta al baño y me percato que dejé gotitas de agua por todo el camino.
-Me visto y vuelvo- le digo.
No sé si era porque estaba pendiente, pero notaba que sus ojos se movían adónde me dirigía. Cierro la puerta con pestillo, y me apoyo en ella y respiro. Me deslizo hasta quedar sentado en el piso. Ya era mucho lo que este cabrito me estaba generando. Tenía la tula a media máquina y esperaba que no lo haya notado. Me vuelvo a meter a la ducha estando listo en tiempo récord. Al salir del baño el joven trapeaba con una escoba y un paño los rastros de agua que dejé. Con el celular en la mano, y ya vestido, agradezco su atención. Lo invito a la mesa dejando el celular encima de ella.
-Ha sido atado tenerlo. Este loco le había hablado a varios pendejos como tú, y tiene harto grabado como para armar su propia serie porno- desbloqueo el teléfono e ingreso a los chats. El de Pedro tenía varios mensajes sin leer, pero tanto como los de él, otros más estaban esperando.
-Mira el chanta- entra a su propio chat y lo revisa -Nos veíamos un par de veces a la semana y me invitaba de todo. Se sentía bacán que nos grabáramos, pero ahora viendo que no era el único…- sale de su chat y mueve el resto con su dedo. Creo que no quiere revisar ninguno más.
-Llévatelo, porfa- mi voz se notaba angustiada -Revisé, y cada vez se pone peor-
-Viste todo lo que hizo con otros weones?- su cara de sorpresa con esos ojos tan grandes me dejaron marcando ocupado unos segundos.
-Si… Es bien sutro este loco. Se nota que los gays lo pasan mejor que nosotros los heteros- esto último también lo digo sin pensar formándose un silencio incómodo.
-Es que no hay nadie que entienda lo que quiere y que le guste a un hombre… que otro hombre- me dice cortando lo tenso del ambiente. Reacciono abruptamente ante ese comentario, mirándolo con cara culpable. Él me devuelve la mirada con una curiosidad que ya había visto en otro hombre. En Pedro.
-Te pasaron cosas al ver los vídeos?- me pregunta. Esto hizo que se me parara el pico al instante.
-O sea, si vi algo. Los tuyos más que nada, y fueron los que estaban más arriba del resto- sentía mi pene duro en mis pantalones.
-Y te gustó lo que viste?- me dice el pendejo mientras se acomoda en la silla. No sé si fue mi imaginación, pero sentía que se balanceaba al hablarme.
-Me estai coqueteando?- le digo riéndome. Porqué chucha estaba riéndome.
-Y si fuera así?- Se para y toma el celular, y reproduce uno de sus vídeos al que sube el volumen -No querí probar?
Los gemidos del pendejo resonaron por todo el living de mi casa, acompañado de los comentarios sucios del dueño del celular. Gemía tan rico el pendejo culiao que no evité ponerme rojo como un tomate. Tenía la tula andando a mil y el weon me miraba como esperando que diera el siguiente paso. Era mucho, y podía meterme en problemas si hacía algo. El pendejo me toma de las manos y hace levantarme, dejando expuesta la carpa entre mis pantalones. Me hace un gesto con sus labios y camina hacia mí. Intento decir algo pero con un dedo tapa mi boca. Me estaba tocando los labios.
Lo miro sin reaccionar. Estaba helado y caliente a la vez. Una extraña sensación en que si pensai con la tula podí dejar la cagá. Mi cara estaba hirviendo y mis manos temblaban como esperando algo más. Solo cierro los ojos. Desliza su dedo por mi boca muy lentamente pasando por mi pecho, mi guatita y luego el tronco de mi pene. Siento que abre su mano y me lo masajea. Había visto tanta mierda que era para no creer lo que me estaba pasando. No quería ni mirar a este pendejo culiao que con sus puras manos me tenía el pico terrible duro.
-Acaso nunca te la ha tocado otro hombre?- la voz susurrando del pendejo la siento cerca de mi oreja. Me dió un pequeño escalofrío.
Con los ojos cerrados muevo la cabeza negándolo. Estaba empezando a sudar. Vuelvo a sentir su mano, esta vez sujetando la mía y la mueve hasta su miembro. Una corriente me recorrió hasta la espalda e hizo que mi pene pegara un salto. Cada apretada que le pegaba a su pico hacia que el mío reaccionara. Él seguía haciendo lo mismo conmigo. Mi calzoncillo ya me estaba molestando, y cada apretada con su mano me hacía pensar que realmente quería liberar a la bestia. De verdad que no quería dar el siguiente paso. Siento mi mano temblar al recorrer ese miembro. Estaba durísimo y palpitaba. El pendejo mete su mano dentro de mi pantalón y coge mis cocos. Los mueve, y con la otra mano me agarra la tula.
-Quieres que te lo chupe?- me hizo esa pregunta y mis ojos se abrieron.
Este weón estaba a muy pocos centímetros de mí, rojo como un tomate. Estaba intentando bajarme lo que tenía puesto. Lo miré asintiendo con la cabeza. Ese ya no era yo. Vuelvo a cerrar mis ojos, y escucho como desabrocha el botón del pantalón y lo desliza junto a mi calzoncillo hasta dejarlo a la altura de mis rodillas. Con su delicada mano apreta mi prepucio y saca mi glande, sintiendo que le pasa la puntita de la lengua. El escalofrío de la espalda se intensifica. Qué weá más rica.
-Lo tienes super grueso- me dice mientras con sus dedos creo que intenta medir mi grosor. No siento que sea dotado, pero en más de algún momento me han dicho algunas minas que por el culo no me la aguantarían.
El loquito me empieza a pajear, manteniendo con su otra mano el masajes a mis cocos. Weón, no dejaba que nada se le escape y estaba haciéndolo super rico.
-Eres super peludo. Me gustan mucho. El Baltazar no lo es tanto y siempre se los rebajaba- él seguía masturbándome lentito. ¿Quién chucha era Baltazar?
En eso siento que aumenta la intensidad y suelta mis cocos. Escucho que escupe y luego algo muy húmedo se frota en mi glande.
-Tampoco te habían hecho esto?- oigo su voz. Mi respiración se entrecortaba. Parece que era su mano frotando mi cabeza.
-N…n…no ..- seguía con los ojos cerrado. Me aguantaba las ganas. Pendejo culiao morboso.
-Y esto?- dice y por unos segundos escucho el silencio, seguido de un calor húmedo en todo mi pene y luego algo duro dentro de ese calor. Sentí que pasé algun límite en esa boca. El culiao me la estaba chupando y si bien a momentos me rozaba con los dientes, tenía experiencia.
El rico sonido de su boca moviéndose por mi tronco me tenía loco. Levanto mi mano aún con los ojos cerrados buscando su cabeza, y cuando la encuentro, le meto tan al fondo de la garganta mi pico, que abrí los ojos de puro sentir el final su cavidad bucal. Le estaba follando la boca, y estaba acelerando el ritmo. Ya estaba muy caliente de puro mirar esa boquita lampiña. Abro mi boca y comienzo a gemir, cada vez con menos pausas.
-Que rico la chupai.. weon… – se me sale eso -si hubiera sabido… que lo haciai tan rico como en tus videos… te hubiera llamado hace rato…-
Qué acababa de decir. Algo se había apoderado de mí, y me estaba gustando. El pendejo acelera el ritmo y cada vez menos roza sus dientes. El sonido como de un perro tomando agua golpeaba los rincones de mi living. Verlo así me genera un leve cosquilleo que llega a mis bolas y siento que se viene el momento.
-Creo que… me voy a ir- le digo.El cabro chico me mira y saca mi pene de su boca mostrándome su golosa lengua.
No sé qué me causó más placer, si ver a este pendejo culiao hacerme una mamada en directo, o que ahora estaba tan caliente que si quería ponérselo. La pura idea de penetrar ese culito que había visto en vídeos me estaba calentando mucho, y con cinco grandes chorros de semen le golpeo la boca, la nariz, la frente y un último chorro salta hasta su ceja. El weóncito esboza una sonrisa y se engulle mi verga dejándola totalmente limpia. Creo que me dejó el pico resentido también. Tenía toda la cara chorreada. Me subo los pantalones y los calzoncillos mientras él se para. Tenía sus cortos shorts muy húmedos.
-Me fui sin manos- me confiesa -es que estuvo super rico- me sorprendo de eso.
Lo invito a pasar al baño a limpiarse. Voy a buscar una toalla, se la paso y cierra la puerta. Me siento en el living y reviso los chats del celular. Me meto de nuevo a los chat del pendejo, bajo el volumen y veo cómo se lo pone otra vez el dueño del celular. Weon, mi pene se paró otra vez. Me ardía un poco.
Salgo del chat y leo los de Pedro, y me llevo una gran sorpresa. Alguien estaba mandando mensajes desde otro lugar con el número del dueño de celular. Parece que pudo abrir el WhatsApp en otro dispositivo y estaba chateando con Pedro. Los últimos mensajes que veo es que se iban a juntar, y que el lugar de reunión estaba compartido como Ubicación. Ingreso al maps, y me doy cuenta que el lugar de reunión era mi casa.
🔥 ÚNETE A NUESTROS CANALES DE TELEGRAM 🔥
Recibe los mejores relatos directamente en tu celular
IR AL CANAL DE TELEGRAM
No hay comentarios aún. ¡Sé el primero en comentar!