Erótica Espera Hospitalaria

«Ahí estaba yo esperando el medicamento que creo muchos esperamos mes a mes en el hospital, resulta que esta vez la farmacia estaba repleta de gente, sospecho que por fiestas patrias seguro, ya que, habían muchos días libres y creo generó un cúmulo de gente. La cosa es que en esa espera, tenía el número B67 e iban como por 85A, tenía la vida entera para seguir esperando…

En eso que espero, camino por el hospital, recorriendo y buscando un lugar para sentarme a esperar tranquilo. En eso, me siento en unas escaleras a revisar el teléfono un rato y sin querer crucé miradas con un chico que iba subiendo las escaleras, sin mayor intención en ese cruce de miradas más que un cierto asombro de mi parte por lo guapo que era este joven, era algo bajito pero pude notar lo varonil que era, tenía una mirada tierna… él siguió su camino como si nada, si tan solo fue un cruce de miradas, no sentí coqueteo de su parte ni yo le coquetee de ninguna manera.

Al pasar el rato me acerqué a farmacia para ver en qué número iban y bueno, algo había avanzado pero aún me quedaba mucho tiempo de espera, en eso suena mi celular y salgo a un pasillo que es como una mini terraza en el hospital que da rumbo a unas escaleras que están clausuradas. Para mi sorpresa mientras hablaba por teléfono me percaté de este chico que estaba sentado ahí en las escaleras abandonadas que daban hacia arriba, esperando ser llamado también por farmacia supuse de inmediato.

Mientras hablaba por celular empecé a verlo más detalladamente, pues él estaba distraído viendo su celular. Tenía una barbilla levemente pronunciada, con un poquito de barba, unos labios gruesos y sensuales en verdad. Me empecé a hipnotizar y erotizar mientras lo miraba e imaginaba una escena sexual en esas mismas escaleras. Él llevaba ropa suelta, una mezcla como de rapero, y flaite muy piola, ese aire se lo daba la gorra que tenía puesta hacia atrás.

Ya habían pasado varios minutos yo hablando por teléfono, caliente de mirarlo y devorándomelo entero dentro de mis fantasías cuando levanta la mirada y sonríe… Al parecer él se había dado cuenta que lo estaba mirando. Acto seguido se pone de pie, mira para ambos lados, sonríe y sube las escaleras sin mirarme, lo perdí de vista de inmediato puesto que había un muro que tapaba las escaleras. Pude notar levemente su paquete cuando se levantó, casi como en cámara lenta, puesto que estaba con buzo, mi pene se me puso durísimo en ese momento, las piernas se me debilitaron y me temblaban las rodillas. Por un segundo me paralicé, no sabía si era una especie de señal o simplemente él se movilizó a otro lugar para que yo dejara de verle.

Sin pensarlo mucho tiempo corté el teléfono, Le puse silencio y fui directo hacia él, tembloroso por el miedo y la duda del momento. Al llegar a las escaleras volteo a ver y él estaba justo allí parado, me estaba esperando, no dije nada en ese minuto simplemente me lancé y lo besé. No puso resistencia alguna y nos besamos lujuriosamente, me tomo por la cintura de inmediato y me presiono sobre él, nos frotamos uno al otro mientras nos besábamos con pasión, como si no hubiera nada a nuestro alrededor, sentía todo su pene que recorría mi pierna buscando sobajeo de arriba abajo. Bajó sus manos por mi pantalón y de las nalgas me atraía con fuerza hacia él, mientras mis manos agarraban con fuerza su cabeza para acariciarlo y apretarlo de vez en cuando.

La excitación creció desenfrenadamente y me detuve de golpe, pues si seguía así me iba a ir cortado de tanto placer o bien alguien nos pillaba de lleno en ese momento. En verdad seguimos siendo un solo cuerpo porque ninguno soltó al otro, solo que nos dejamos de besar y mover por un momento, nos miramos fijamente a los ojos y sin decir nada comencé a bajar lentamente mis manos hasta descubrir su miembro, que seguía durísimo, lo agarré fuerte mientras me mordía los labios y con mis dedos empecé a jugar con su juguito pre-seminal casi sin pestañear ni dejar de vernos, subí mi mano y comencé a lamer mis dedos, se acercó y nuevamente comenzaron los besos desenfrenados, pero esta vez mis manos acariciaban y masturbaban suave su pene delicioso. De pronto me toma la cabeza, se detiene y dice: “¡Que erí rico por la cresta!”. Y comenzamos a reinos…

Todo se pausó por un instante, sudábamos un poco por la excitación latente y el calor de nuestros cuerpos. Intercalamos un par de palabras que no recuerdo en absoluto, pues yo me sentía completamente hipnotizado por el chiquillo este, solo quería devorarlo, me sentía muy animal. Sin decirle nada comencé a subir las escaleras, lentamente mientras lo miraba de a poco, seduciéndolo para que me siguiera. Para mi sorpresa las escaleras te llevaban a la nada, un segundo piso que tiene tres paredes, pero sin techo, no se veía nada, toda aventura podía ser posible.

Apenas llegué arriba él subió detrás de mí, yo apoyado en una pared y posado en otra, tembloroso del deseo de acercarse, sacó un cigarro, me dio uno, sin decirnos nada fumamos cada uno en su pared frente a frente devorándonos con la mirada. Apenas terminó su cigarro se lanzó sobre mí nos besamos sin freno alguno, podía sentir sus latidos tan fuertes por sobre todo mi cuerpo, comenzamos a jadear y gemir sin importarnos nada. El me da vuelta y me baja el buzo, me besaba, me lamía y mordía el cuello y orejas frotando su pene entre mis nalgas, moviendo su cadera como un perreo intenso, yo me movía al ritmo de sus caderas mientras sentía como me derretía y dilataba por completo. Seguimos en el cuadro erótico, en ese estado animal hasta que la cabeza de su pene se posó en mi ano, lentamente empezó a pujar, bien suave al principio, solo una leve presión, mi suelo pélvico de inmediato comenzó a apretar y relajar, como si mi ano estuviera besando su pene y conquistando su entrada. Su mano húmeda por estar jugueteando con mi pene sirvió como lubricante para por fin penetrarme por completo.

Estaba tan caliente, excitado que no sentí dolor alguno, solo placer y deseo…
Nuestra lucha sexual duró un rato y de la lentitud pasamos a una fuerza y velocidad tan fuerte que era casi como una película porno, él pujaba con todas sus fuerzas y no podíamos reprimir los gemidos en ningún momento. Fue esa libertad que provocó según yo el hecho de que no pudimos más y tuvimos un orgasmo casi simultáneo. Él acabó dentro de mí de tanto darle y sin detenerse, solo bajando la velocidad, comienza a apretar su mano que siempre estuvo afirmando y jalando mí pene. Unos segundo después de tanta intensidad yo acabé por el delicioso ritmo que él llevaba.

Esperamos a que la respiración se calmara antes de sacar su pene de mí. Me di vuelta y lo besé, nos reímos y besamos un buen rato, para calmar la adrenalina creo yo. Sequé mi jugoso ano antes de subirme el pantalón y le dije que debía ir a ver en qué número iban. En mi cabeza ya había asumido la pérdida de mi turno. Él dijo que se quedaría y fui a ver.

Para mi mala fortuna al ir a ver noté que faltaban dos números para mi turno y digo mala fortuna no por eso, sino porque ahí entre toda la multitud que había me topé con un conocido que se acerca de inmediato para saludar. Lo saludé de lejos y fui rápido al baño para beber agua y lavar un poco el olor a sexo que sentía que exporaba por doquier, mi corazón aún latía como un bombo, retumbaba en todo mí ser, pero al menos tenía una alegría tan grande, un placer que no se agotaba.

Al volver a esperar mi llamado me quedé con este conocido un rato. Apenas recibí mis medicamentos fui rápidamente a ver a este chico desconocido que aún estaba en aquella especie de terraza. Le pregunté su nombre y no quiso responder, pues tenía miedo, tenía pareja el chico. En su miraba se notaba un poco el arrepentimiento, pero de manera intermitente, pues su miraba variaba del placer a la culpa, así que para tranquilizar su caos mental me acerqué, lo bese suave y le di muchos pequeños besos y le dije que todo estaba bien, había sido delicioso todo pero para su tranquilidad me marcharé sin decirnos nada y mucho menos concretar algo, me sonrió al instante y justo al darme vuelta para irme me di cuenta que venía este chico conocido a buscarme. Así que salí rápido de allí sin dar ninguna chance de arrepentimiento. Y seguí mi camino.

No negaré que a veces cuando voy al hospital vuelvo a ese lugar a mirar y recordar tan erótico momento, con una leve esperanza de que él hace lo mismo que yo».

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3 Comentarios

  • Rodo
    noviembre 15, 2024 a las 11:54 pm

    Que buen relatooooooo

  • tori
    noviembre 19, 2024 a las 12:40 pm

    amo como escribieron el relato 😔 dsmd bueno!!

  • Chip
    noviembre 29, 2024 a las 12:45 am

    Que mierda esas culpas estúpidas que hacen que encuentros tan ricos queden solo en eso, me gustó tu relato en todo caso, me calenté harto leyéndolo.

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