En el ejercito

Hola, soy Jonathan.

Siempre me han atraído los hombres como las mujeres, pero nunca me atrevi a «wevear» o lanzarme con un hombre.

Mi primera vez que cumplí el deseo de sentir a un macho fue en el ejercito. Antes que nada me describo, yo soy de los típicos hombres que ves en la calle que son «bajos» (mido 1,65) pero espaldones y medio musculosos. Soy súper masculino ( paso piola como hetero)

A los 18 me fui de mi casa a vivir con una mina 20 años mayor que yo. Un día por una discusión con ella me fui a inscribir al ejército. Cuando me llamaron y nos formaron por el regimiento en el que quedaríamos, me colocaron en el regimiento de los andes. Lleno de hueones calientes.

Al tiempo cuando llevaba unos 6 meses ya en el regimiento uno de mis camaradas, el más bruto y huasito del grupo se acuesta conmigo. No me pregunten por qué lo hizo. La cuestión es que estábamos frente a frente acostados en el mismo catre, yo comence con mis pensamientos homosexuales y le comenté a mirar el paquete.

Después de 6 meses enteran que estaba a full, después de tanto bañarme con el grupo y de solo unas cuantas pajas. No me aguante y estire mi mano para tocar su bulto, bien piola como para que no lo sintiera el y despertara.
Cuando note que se le estaba poniendo dura.
El era moreno, con la cara de bruto macho, lampiño, bien huaso, cosa que me calentaba más.
Cuando derrepente abre los ojos y me dice. Sigue se siente rico.
Mientras me decía eso, se desabrocha el botón del pantalón y se saca la verga ya dura y palpitante.
Yo no sabía dónde meterme, estaba tanto arrepentido como caliente, pero la calentura me gano.
Le comence a correr la paja piola mientras el genia y se quejaba lo más que podía aguantarse, hasta que derrepente apareció el cabo y nos llamó a formar.
Al terminar la formación y darnos el tiempo libre. El se acerca a .i y me dice volvemos a dónde estábamos?
Yo le dije que si.

Al final desgraciadamente no podíamos hacer nada ya que ahora estaba lleno de gente el cuarto. Pero desde allí en adelante siempre nos buscábamos o nos juntábamos para hablar y intentar estar solos para hacer algo. A veces cuando todos terminaban de llevarse nos metimos juntos para poder tocarnos.
Hasta cuándo un día salíamos de franco (salíamos a nuestras casas) el me invitó que me fuera con el hasta su casa y nos quedáramos el fin de semana juntos. Pero no accedí por qué tenía que volver con mi novia a su casa.

Un día. Nos acostamos juntos a hablar, mientras los demás dormían y nos comenzamos a tocar y besar, el comenzó a correrse la paja junto conmigo, estábamos tan calientes que esa vez fue la primera vez que me dí cuenta que el loco me deseaba tanto como yo a él y lo digo por qué el también me tocó el pico (por primera vez) y lo disfruto, yo aunque me considero activo, esa vez fue tan mágica que solo quería sentirlo dentro mío, así que me di vuelta y le dije ponelo. A lo que el loco sorprendido y completamente exitado accedió.

Al principio le costó o más bien yo no sabía que hacer, pero cuando por fin lo logro. No me dolió. De hecho lo sentí tan cerca de mi espalda y en mis nalgas sus bellos pubicos que solo pensaba en por favor que esto no se termine.

A todo esto el tenía el pico de largo como el mío, pero un poco más grueso, pero lo que más me exitaba era que era súper huaso. Caliente y deseoso. Al final se corrió dentro mío y yo me corrí a la vez en el colchón.